Sobrecarga en los niños, ¿dónde quedó el tiempo libre?

Babytuto

22 de julio de 2015

¿Qué pasa que los niños y niñas de hoy en día están cada vez más ocupados? Entre las extensas jornadas escolares, el deporte, los talleres, las visitas al dentista, las clases particulares, las horas de refuerzo, etc., hacen que sea cada vez más difícil contar con una tarde libre y sus agendas pueden estar incluso más copadas que las de un adulto ¿Será que como padres tenemos miedo que nuestros niños se aburran?, ¿o es que la competencia comienza cada vez desde edades más tempranas y debemos asegurarnos, con actividades extras, que nuestros hijos serán personas exitosas en la vida? La mayoría de estas actividades entregan a los padres la sensación de que sus hijos están siendo potenciados al máximo, y que por lo tanto serán capaces de rendir más y mejor en comparación a otros niños de su edad. Con estas actividades, ¿buscamos potenciar un área que hemos identificado como una habilidad o virtud en nuestros hijos? Si es así, descubrir y  desarrollar una habilidad en potencia puede ser un gran regalo para su futuro, en tanto seamos capaces de identificarla, motivarlos y a la vez mostrarles sus grandes aptitudes en determinada área. En cambio, sobrecargarlos de manera innecesaria puede llevarlos al agobio o excesivo cansancio. Por otra parte, la falta de tiempo de algunos papás y mamás es cada vez mayor y las actividades extra programáticas surgen como una gran solución ante esta problemática. Actividades como el atletismo o participar en un taller de arte, por ejemplo, resultan mucho más atractivas que imaginar a un niño pasando toda la tarde frente al televisor o el computador. Por supuesto que esto es así, pero lo ideal sería poder dejar tiempo también para que emerja en los niños su capacidad creadora, para que sean ellos mismos quienes en momentos de ocio, “creen” un juego. Actualmente,  es como si el ocio estuviera “mal mirado” incluso en los niños pequeños; sin embargo, las mayores y mejores creaciones aparecen en esos momentos de tiempo libre, donde no se debe cumplir ni con un horario ni con una rutina. Si bien estas actividades es más lo que aportan que lo que restan, es importante estar atentos a la cantidad de horas que el niño les dedica, en comparación a sus horas de juego libre, descanso y tiempo junto a la familia. Lamentablemente es cada vez más común ver en los jardines infantiles, colegios y en la consulta, a niños y niñas que ya desde etapas preescolares presentan algunos síntomas de estrés. Otro punto importante de considerar, es que por más precoces que sean los aprendizajes en matemática o lenguaje, estos no rendirán ningún fruto si no se dan en el contexto de una relación de cercanía, respeto y cariño. Para poder aprender de manera eficiente es fundamental que el niño desde su primera infancia haya crecido junto a figuras significativas sensibles y responsivas, que le hayan transmitido la vivencia de un mundo seguro y acogedor. Los actuales avances en neurociencias nos demuestran cada vez con mayor certeza que “sin emoción no hay aprendizaje”. Si el tiempo se los permite, los invito a observar el juego libre de sus hijos; es maravilloso ver desde el silencio respetuoso cómo ellos mismos son capaces de recurrir a la propia experiencia para crear una situación ficticia y así poder tramitar la infinidad de aprendizajes cotidianos que ocurren a diario. Oír por ejemplo a una niña pequeña en su rol de “mamá”, y reconocer en sus palabras mucho de lo que como padres hemos intentado transmitirle. Otros temas que te podrían interesar: shutterstock1234

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