Infección urinaria durante el embarazo

Babytuto

4 de julio de 2014

Es normal que durante el embarazo las mujeres sientan muchas molestias pues su cuerpo se está adaptando a un nuevo proceso. Por eso es que muchas veces quedan más vulnerables a padecer otro tipo de enfermedades como una infección urinaria, que además de provocar incomodidades, pueden ser muy dolorosas. ¿Qué es una infección urinaria? Una infección urinaria es una infección de la vejiga o cualquier parte de las vías urinarias. Muchas veces las mujeres sospechan que pueden padecerla porque sienten ganas frecuentes de orinar, y dolor al hacerlo. Esta se produce porque las bacterias de la piel, vagina o recto se desplazan hacia arriba. Usualmente llegan hasta la vejiga, donde se reproducen causando una inflamación y los típicos síntomas que son tan molestos para las mujeres. En algunos casos, las bacterias no se quedan solo en la vejiga y se desplazan a otros órganos, como los riñones u otros conductos, extendiendo la infección. Cuando afecta a los riñones (afección conocida como pielonefritis) se torna algo más peligroso, especialmente durante el embarazo, pues se puede ir al torrente sanguíneo, poniendo en peligro la vida de la mamá o el bebé. ¿Cuáles son las consecuencias de una infección urinaria durante el embarazo? Pueden ser potencialmente peligrosas, porque pueden producir riesgo de parto prematuro, que el bebé nazca bajo peso, o incluso llegar a producir muerte en el momento del parto. De ahí la importancia de tener una buena higiene y cuidarse de manera apropiada. No tratar una infección urinaria simple durante el embarazo puede provocar infecciones más graves en los riñones. Por eso durante las primeras visitas con el ginecólogo este practicará un examen de orina, con el fin de cerciorarse de que no existen problemas, y en caso de que así sea, tratarlos a tiempo. ¿Las mujeres están más propensas a una infección durante el embarazo? El embarazo podría aumentar las probabilidades de padecer una cistitis, pues los cambios en los niveles de la hormona progesterona hace que las vías que comunican los riños y la vejiga se dilaten, lo que provoca que el flujo de la orina se haga más lento. Además, el crecimiento del útero también puede comprimir estos conductos, dificultado el paso de la orina. Asimismo, durante la gestación se complica el vaciado completo de la vejiga, pues esta pierde un poco de su tono muscular, haciéndola más propensa al reflujo, es decir, que la orina retorne a los riñones a través de los uréteres. ¿Cómo prevenir una infección urinaria?
  • Beber mucho líquido. Esto ayuda a diluir la orina, aumentando la frecuencia de las veces que se va  al baño, y evitando así que la orina quede mucho tiempo dentro de los uréteres
  • Limpiar bien la zona genital. Cuando se vaya al baño, lo mejor es limpiar desde la vagina hacia el ano, para evitar la contaminación de bacterias fecales
  • Orinar luego de mantener relaciones sexuales. Esto disminuye el paso de bacterias desde la piel a la zona de la uretra
  • Evitar los productos de higiene femenina. Lo mejor es no utilizar jabones ni desodorantes, pues pueden producir irritación en la zona, facilitando el crecimiento de bacterias
En caso de observar los síntomas de ganas de orinar frecuente, y dolor al hacerlo, lo mejor es consultar con un especialista, que tras un cultivo de orina puede determinar rápidamente si se trata de una infección urinaria. Es importante tratarla a tiempo para así evitar consecuencias tanto para la mamá como para el feto en gestación. shutterstock_159998741.jpg>42.5:37.5

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