¿Cómo prevenir la amigdalitis?
Babytuto
17 de agosto de 2015
La inflamación de las amígdalas, generalmente conocida como amigdalitis, es muy común en épocas de frío. Según la otorrinolaringóloga de Clínica Vespucio, Dra. Isabel Carranza, ataca principalmente a niños y jóvenes, aunque muchos adultos no se escapan de sus molestos efectos.
La doctora explica que las amígdalas se encuentran en la parte de atrás de la boca y su función es eliminar bacterias que nos puedan provocar infecciones, cumpliendo así una misión de defensa en el cuerpo.
Algunos signos que pueden indicar una amigdalitis son:
- Dolor o ardor de garganta, que se hace más intenso al tragar
- Inflamación de las amígdalas (aumento de tamaño), las cuales presentan un color rojizo, con una capa de color amarillo, blanco o gris
- Fiebre
- Pérdida de apetito
- Decaimiento, dolor de cabeza, dolor de oídos, y a veces, náuseas y/o vómitos, más frecuentemente en niños pequeños
Según la especialista, “la amigdalitis debe diferenciarse de los síntomas de un resfrío común que además del dolor de garganta, se acompaña de estornudos, mucosidad, congestión de la nariz, ojos irritados y tos”, explica.
Los papás deben recordar que la amigdalitis es una enfermedad contagiosa, y por lo tanto se puede prevenir, con algunas medidas sencillas como:
- Consumir frutas y verduras ricas en vitamina C
- En lo posible, no tener contacto con personas que estén enfermas como en parques, colegio o jardines infantiles
- Mantener ventilados los espacios en donde se realizan las actividades diarias
“También se debe evitar los cambios bruscos de temperatura. En los meses fríos abrigarse, sobre todo protegiendo la nariz y la boca”, detalla la Dra. Carranza.
Para su tratamiento se considera la administración de antibióticos por al menos siete días. “En la mayoría de los casos, los pacientes responden muy bien al tratamiento con antibióticos asociados a antiinflamatorios y/o calmantes al comienzo, ya que los síntomas disminuyen o desaparecen entre las 48 y 72 horas. luego de haberlos tomado. Los pacientes vuelven a realizar sus labores diarias a la semana, sin complicaciones”, concluye la especialista.
Siempre se debe consultar con el pediatra del niño ante la aparición de los síntomas.
Isabel Carranza, otorrinolaringóloga de Clínica Vespucio, aportó valiosa información para desarrollar el artículo.
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Babytuto
17 de agosto de 2015
La inflamación de las amígdalas, generalmente conocida como amigdalitis, es muy común en épocas de frío. Según la otorrinolaringóloga de Clínica Vespucio, Dra. Isabel Carranza, ataca principalmente a niños y jóvenes, aunque muchos adultos no se escapan de sus molestos efectos.
La doctora explica que las amígdalas se encuentran en la parte de atrás de la boca y su función es eliminar bacterias que nos puedan provocar infecciones, cumpliendo así una misión de defensa en el cuerpo.
Algunos signos que pueden indicar una amigdalitis son:
- Dolor o ardor de garganta, que se hace más intenso al tragar
- Inflamación de las amígdalas (aumento de tamaño), las cuales presentan un color rojizo, con una capa de color amarillo, blanco o gris
- Fiebre
- Pérdida de apetito
- Decaimiento, dolor de cabeza, dolor de oídos, y a veces, náuseas y/o vómitos, más frecuentemente en niños pequeños
Según la especialista, “la amigdalitis debe diferenciarse de los síntomas de un resfrío común que además del dolor de garganta, se acompaña de estornudos, mucosidad, congestión de la nariz, ojos irritados y tos”, explica.
Los papás deben recordar que la amigdalitis es una enfermedad contagiosa, y por lo tanto se puede prevenir, con algunas medidas sencillas como:
- Consumir frutas y verduras ricas en vitamina C
- En lo posible, no tener contacto con personas que estén enfermas como en parques, colegio o jardines infantiles
- Mantener ventilados los espacios en donde se realizan las actividades diarias
“También se debe evitar los cambios bruscos de temperatura. En los meses fríos abrigarse, sobre todo protegiendo la nariz y la boca”, detalla la Dra. Carranza.
Para su tratamiento se considera la administración de antibióticos por al menos siete días. “En la mayoría de los casos, los pacientes responden muy bien al tratamiento con antibióticos asociados a antiinflamatorios y/o calmantes al comienzo, ya que los síntomas disminuyen o desaparecen entre las 48 y 72 horas. luego de haberlos tomado. Los pacientes vuelven a realizar sus labores diarias a la semana, sin complicaciones”, concluye la especialista.
Siempre se debe consultar con el pediatra del niño ante la aparición de los síntomas.
Isabel Carranza, otorrinolaringóloga de Clínica Vespucio, aportó valiosa información para desarrollar el artículo.
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