La etapa oral obliga al niño a estar permanentemente llevándose su manito a la boca. Este, es un reflejo que está grabado en su ADN, un mecanismo de sobrevivencia para asegurar la alimentación del niño y, por lo general, persiste hasta los 5 años.
En esta etapa de la vida, el niño debe enfrentar múltiples situaciones que le generan estrés, como son; la dentición, el gateo, aprender a caminar, las caídas, el lenguaje, las enfermedades, controles médicos, las vacunas, cortarse el pelo, temores, tristezas, frustraciones, ausencia de su madre, accidentes, operaciones, encierro por cuarentenas. etc.
En este periodo es fundamental el cariño y el cuidado de sus padres, como así, el uso de un Chupete de Entretención, el que lo usara precisamente para mitigar estas situaciones adversas y cuya succión le induce la producción de las Hormonas de la Felicidad (Endorfinas-Oxitocinas y Dopaminas).
Lamentablemente algunos Padres y Profesionales de la Salud, indican quitarles el chupete a los niños a los 2 años, argumentando que les deforma la mordida, sin considerar que el chupete es un gran aliado y amigo, en su complejo proceso de desarrollo psicológico y social.
Si el niño no usa Chupete o se lo quitaron contra su voluntad, deberá recurrir a otras opciones para lograr un efecto antiestrés y empezará, por un lado, a comer en exceso o comenzará con los llamados “Malos Hábitos”, como son:
- La succión del dedo Pulgar, o los dedos índices y dedo medio
- Empezará a comerse las uñas (onicofagia)
- Se hará un Niño Mordedor, mordiendo todo lo que pilla; a sus padres, hermanos y compañeros
- Succión de los labios (Queilitis)
- Bruxismo Nocturno.
Otras formas de “Malos Hábitos” y que no están relacionados con la boca, son:
- Trastornos del Sueño
- Movimientos rítmicos para dormirse, como movimientos de la cabeza o movimientos pélvicos
Lo interesante es que cuando al niño se le reintegra el uso de su Chupete, habitualmente se revierten todos sus Malos Hábitos.
En relación con la mordida abierta que puede producir el uso del Chupete, se sugiere el uso de chupetes blandos y con tetinas cilíndricas y sin angulación, porque disminuyen las posibilidades de producir una mordida abierta.
Artículo:
Dr. Pedro Marinov Martinić - Médico Pediatra