Hola, les cuento mi historia en forma anónima:
Tengo 35 años, una salud envidiable y cero enfermedades en mi familia. Hace 3 años decidí ser madre; comencé un embarazo sin problemas, nada de nauseas ni malestares. A la semana 20 en un control de rutina detectaron que mi bebé estaba muerto. Me internaron, tuve que "parir" a mi bebé muerto. No tuve respuestas de lo que pasó, no había nada raro en los exámenes.
Pasaron varios meses y fui a otro doctor buscando respuestas antes de volver a intentar. El doctor me recomendó hacer algunos exámenes (bastante caros), encontró una Trombofilia que de acuerdo con los estudios no requiere tratamiento, ya que es la más "leve". Me volví a embarazar… el doctor me dio aspirina para ayudar con la Trombofilia.
Este embarazo fue tranquilo hasta la semana 12, ahí comencé con pérdidas de sangre y, de a poco, se veía perdidas de líquido. A la semana 16 El feto ya no tenía esperanza de vida, ya no se alimentaba y su corazón funcionaba mal.
Dado que tenemos solo aborto en tres causales, no pude pedir un aborto si no que debí esperar hasta que muriera. Nuevamente semana 20 mediante ecografía me confirman que murió y viví todo el proceso de inducción y parir nuevamente un feto muerto. En ambos casos yo opté por no ver a los bebés quería que fuera lo más rápido posible el proceso.
Luego de varias conversaciones con el doctor y de un examen genético para ver si existía incompatibilidad con mi pareja, el doctor me recomendó usar heparina inyectable en mi próximo embarazo.
Nuevamente luego de 6 meses me embaracé, desde la semana 6 comencé a inyectarme cada 12 horas heparina. Tuve un embarazo muy tranquilo y saludable. A la semana 38 nació por parto normal y sin problemas mi bebé.
No pierdan la esperanza, la ciencia ha avanzado mucho.
Saludos