Resiliencia desde edades tempranas

Babytuto

30 de marzo de 2015

Según la Asociación Americana de Psicología, la resiliencia se define como “el proceso de adaptarse bien a la adversidad, el trauma, la tragedia, las amenazas o incluso a fuentes significativas de estrés”. Las últimas investigaciones en neurociencia indican que la resiliencia está asociada a una red de regiones cerebrales y de químicos. “Desde temprano en la vida, los genes de un individuo y la interacción de esos genes con el ambiente, conforman los circuitos cerebrales que están a la base de la fuerza psicológica y del comportamiento de la gente resiliente”, dice un artículo de la revista Scientific American Mind. Además explica que “Un elemento clave para construir resiliencia, es la capacidad de enfrentar el miedo, de experimentar emociones positivas, de buscar maneras de resignificar los eventos estresantes y de beneficiarse de las relaciones. Por ende, la resiliencia se sustenta en los circuitos neuronales que gobiernan el miedo, la gratificación y la regulación social y emocional”. Psicólogos y psiquiatras han confirmado que las personas con mayor autoestima suelen ser más resilientes. La capacidad de levantarse de nuevo está modulada por las experiencias de adversidad precoz, la genética y la personalidad, entre otras cosas. La resiliencia es una cualidad fundamental para el bienestar, que se constituye como la fuerza más poderosa que se puede tener. Las personas resilientes sienten malestar, dolor emocional y se encuentran con adversidades en sus vidas, pero tienen la capacidad de sobreponerse a las situaciones frustrantes y traumáticas, y reconstruirse, volver de nuevo con más fuerza y más sanos emocionalmente. Su pensamiento es realista y flexible, lo que les permite una interpretación acertada de las situaciones y una respuesta constructiva. Es fundamental educar a nuestros hijos desde el primer momento para desarrollar la resiliencia, ya que los dotará de la capacidad de experimentar emociones positivas, los protegerá de la depresión, aumentará su nivel de satisfacción en la vida y mejorará sus potenciales de desarrollo y aprendizaje, lo que les permitirá afrontar desafíos futuros de la mejor manera. La resiliencia no es algo innato, es una capacidad que se puede aprender y desarrollar. Como padres podemos fomentar el desarrollo de la resiliencia de diversas formas. Se recomienda crearles una red apoyo emocional, donde tengan personas que los quieran y en los cuales confíen; dejar que se enfrenten a sus problemas y errores, para que aprendan a verlos como retos y no como amenazas; permitirles que vayan tomando sus propias decisiones de a poco; ayudarlos a reconocer sus emociones y dejar que las sientan, mostrándoles formas positivas y constructivas de expresión y así poder controlarlas; ser un ejemplo en las situaciones adversas; ayudarlos a encontrar, fomentar y desarrollar sus fortalezas; educarlos en el optimismo y ayudarlos a ver el lado positivo de las cosas; ayudarlos a creer en sí mismos y tener una sana autoestima, queriéndolos por lo que son y no por lo que hacen; desarrollar su responsabilidad asignándoles tareas y por último crear un clima de comunicación donde se sientan cómodos. Otros temas que te podrían interesar:  super

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