Hay nutrientes claves y poderosos que pueden determinar el buen desarrollo de tu hijo.
¿Estás planeando tener hijos en un futuro cercano? Felicitaciones. Seguro estarás pensando ya en algún nombre, contemplando una nueva casa o un arreglo a la actual, o evaluando el aumento de la isapre. Pero ¿has pensado en tu alimentación pre-embarazo?
Apuesto que no. En nuestra cultura, la noción de preparación al embarazo desapareció por completo, apenas sustituida por un suplemento en ácido fólico en el primer trimestre. Creemos que nuestra alimentación de país desarrollado basta y sobra para entergarnos todos los nutrientes que necesitaremos.
Cuán equivocados estamos... Un nuevo ser vivo requiere de una cantidad fabulosa de material de construcción y catalizadores para formarse armoniosamente. No meramente energía. Y nuestra dieta suele ser abundante en energía, pero apenas suficiente en lo otro.
¿Qué pasa entonces? El bebé no se desarrolla del todo bien. Ejemplo súper frecuente en el desarrollo óseo: la mandíbula es demasiado chica para acomodar los dientes y se acaba necesitando ortodoncia. En lo neurológico vemos hiperactividad, déficit de atención y otros problemas. También se ha relacionado con una mayor propensión a enfermedades, alergias y sobrepeso.
En cuanto a la madre, le entrega tanto de sus escasas reservas al feto, que tras el parto queda en rojo. A eso se debe la famosa depresión posparto. Así se explica también por qué enfermedades autoinmunes como el hipotiroidismo se declaran tan a menudo en el año que sigue la maternidad.
A veces el embarazo mismo no se logra o se complica, y hay dificultades en el parto o la lactación.
Todas esas cosas son tan comunes que han llegado a parecernos normales, como si de algún modo no pudiéramos esperar tener tanta salud. Pero son enteramente evitables con la nutrición adecuada, como lo demostró el doctor Weston A. Price.
En su obra fundamental Nutrition And Physical Degeneration reveló que los raros pueblos del mundo donde no existían esos problemas todos tomaban gran cuidado en dar a los recién casados alimentos especialmente ricos en ciertos nutrientes. Y no sólo a las mujeres ni sólo en el embarazo. Tener buenas reservas de esos nutrientes desde antes de la concepción era clave para tener espermatozoides y óvulos sanos.
¿Cuáles son esos nutrientes que tú y tu pareja deberían reforzar desde ya?
"Una característica esencial de los programas nutricionales exitosos de las razas primitivas ha sido encontrado en conexión con un uso liberal del grupo de activatores orgánicos solubles en grasa" escribe el doctor Price. —Es decir vitaminas A, D, E y K.
Pero ojo, no te apoyes en pastillas. Las formas sintéticas no contienen todos los factores que las vuelven útiles. ¿Sabías por ejemplo lo que pasó con el ácido fólico? Se descubrió que aproximadamente 20% de la gente tiene una incapacidad genética de utilizar esa forma sintética de vitamina B9, y le hace más daño que bien. Una vez más resalta la importancia de usar alimentos, porque la naturaleza es mucho más compleja de lo que podemos comprender.
Entonces, ¿Cuáles son los alimentos a consumir (y que tenemos a mano)?
El campeón que vuelve en todos los pueblos estudiados (que estaban dispersados por toda la tierra) es la pana o hígado. Puede ser de vacuno, pollo, pescado o el animal que sea, pero ojalá salvaje o de crianza natural, no industrial.
El segundo son la huevas de pescado. Un poco menos fácil de encontrar, pero los nativos del Perú explicaron a Price que se las conseguían a pesar de la cordillera y el desierto que los separaba del océano porque era importante para la fertilidad de sus mujeres. En Calbuco compré en la feria unas huevas de pescado secas que eran una maravilla, es increíble que esos tesoros tradicionales sean tan difíciles de encontrar en la capital.
Los siguientes son los otros interiores (riñón, molleja, médula...), ciertos mariscos e insectos, la yema de huevo y los lácteos crudos de pastoreo. Analizados, esos productos contienen efectivamente altos niveles de vitaminas pero también de minerales y oligo-elementos, aminoácidos diferentes a habituales, y muchos ácidos grasos. Y quién sabe qué más que aún no hemos descubierto...
Es natural, después de todo, que esa magia de fabricar una nueva vida requiera de ingredientes más especiales que la marraqueta. No escuches las sirenas del todo permitido: no hay nutrientes en las galletas. Ni te dejes poner a dieta con quesillo light y pan integral: pierdes justo los que más necesitas. La mejor manera de evitar sobrepeso y diabetes gestacional es evitar las calorías vacías y centrarte en los alimentos sagrados tradicionales.
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