Qué hacer con los niños que muerden
Babytuto
23 de mayo de 2014
Los niños a veces muerden como una forma de expresar sus sentimientos frente a una situación que no saben manejar: miedo, frustración, nerviosismo, enojo, entre otras, y es bastante normal que lo hagan cuando tienen entre 2 y 5 años. Dependiendo de la frecuencia, esto se puede transformar en un hábito negativo, que debe ser resuelto a tiempo.
Conforme avanza el tiempo, los niños van dejando el hábito poco a poco y sin ayuda, pero en algunos casos se puede transformar en algo frecuente, y que cause problemas incluso en el jardín. Es fundamental que los papás estén atentos a las causas que provocan que el niño muerda, y así ayudarlos a expresarse para que encuentren otras formas de comunicación.
Si este hábito se da en niños muy pequeños, cuando están jugando o compartiendo con otros, puede que sea causa de que no sepan cómo manejar la socialización. En esos casos se puede prevenir, evitando que esté con otros menores, y menos sin supervisión de un adulto. Hay otros que muerden porque buscan llamar la atención, y es probable que efectivamente no tengan toda la que necesitan.
Los papás deben tener una respuesta rápida, clara, y ojalá cariñosa, evitando gritarles. Si ven que está mordiendo a otro niño, deben apartarlo rápidamente, y explicarle claramente que eso no se hace. Esto puede ser determinante para que no se vuelva a repetir.
Si el niño muerde con mucha frecuencia, lo mejor es consultar con un especialista para que entregue algunas recomendaciones y así evitar que continúe haciéndolo. Es importante que los papás estén atentos a las causas que pueden estar provocando este hábito, además de saber reaccionar en forma clara y rápida.
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Babytuto
23 de mayo de 2014
Los niños a veces muerden como una forma de expresar sus sentimientos frente a una situación que no saben manejar: miedo, frustración, nerviosismo, enojo, entre otras, y es bastante normal que lo hagan cuando tienen entre 2 y 5 años. Dependiendo de la frecuencia, esto se puede transformar en un hábito negativo, que debe ser resuelto a tiempo.
Conforme avanza el tiempo, los niños van dejando el hábito poco a poco y sin ayuda, pero en algunos casos se puede transformar en algo frecuente, y que cause problemas incluso en el jardín. Es fundamental que los papás estén atentos a las causas que provocan que el niño muerda, y así ayudarlos a expresarse para que encuentren otras formas de comunicación.
Si este hábito se da en niños muy pequeños, cuando están jugando o compartiendo con otros, puede que sea causa de que no sepan cómo manejar la socialización. En esos casos se puede prevenir, evitando que esté con otros menores, y menos sin supervisión de un adulto. Hay otros que muerden porque buscan llamar la atención, y es probable que efectivamente no tengan toda la que necesitan.
Los papás deben tener una respuesta rápida, clara, y ojalá cariñosa, evitando gritarles. Si ven que está mordiendo a otro niño, deben apartarlo rápidamente, y explicarle claramente que eso no se hace. Esto puede ser determinante para que no se vuelva a repetir.
Si el niño muerde con mucha frecuencia, lo mejor es consultar con un especialista para que entregue algunas recomendaciones y así evitar que continúe haciéndolo. Es importante que los papás estén atentos a las causas que pueden estar provocando este hábito, además de saber reaccionar en forma clara y rápida.
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