La infertilidad es definida como la imposibilidad de llevar el embarazo a término o de concebir un hijo naturalmente, y que puede aquejar a muchas parejas que desean convertirse en padres.
Si bien es común pensar que puede haber razones genéticas que desencadenan esta condición, también los estilos de vida y estados emocionales pueden afectar.
Algunas de las principales son:
- Fumar, beber alcohol o consumir drogas: esto puede generar problemas en la ovulación de las mujeres, y en los niveles de producción de espermatozoides en los hombres.
- Estrés: hay muchas situaciones que pueden causar estrés en la pareja, como por ejemplo presión de la familia o los amigos porque sean padres, dificultades laborales y económicas, entre muchas otras razones.
- Retraso de la paternidad: muchas parejas hoy buscan ser padres en sus treinta o cuarenta años, en vez de los veinte. En ocasiones mientras más avanzada es la edad, más difícil es quedar embarazada.
- Obstrucción de conductos: puede afectar tanto a hombres como mujeres y genera problemas, tanto para el transporte de óvulos, como de espermatozoides, dificultando la fecundación.
- Endometriosis: el crecimiento de mucosa fuera del útero también provoca infertilidad, pues bloquea las trompas de Falopio, impidiendo el paso del óvulo a la matriz, o bien del espermatozoide al encuentro del óvulo.
- Problemas endocrinos: los que provocan menstruaciones irregulares y por ende problemas en la ovulación. Asimismo dificultan la implantación de óvulo fecundado, entre otros.
- Excesivo moco cervical: dificulta el paso de los óvulos o espermatozoides, dificultando la fecundación. Puede ser provocado por infecciones que no han sido atendidas, traumas de un parto previo, o de cirugías.
- Sobrepeso: tanto en mujeres como hombres afecta la producción de óvulos y espermatozoides, respectivamente. También hay ciertos alimentos que dificultan la fertilidad, con los que se debe tener más cuidado si se busca el embarazo.
Sí la pareja ha experimentado dificultades buscando un embarazo, lo mejor es asistir al médico, el que buscará las razones de la infertilidad y recomendará el tratamiento más apropiado.
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