Un mal sueño en los niños puede estar asociado a una mala respiración. Algunas alteraciones como la apnea, la rinitis, o el asma, pueden provocar que los menores no tengan un buen dormir durante las noches, y que durante el día estén irritables y cansados.
Como el sueño es fundamental para el crecimiento y desarrollo de los niños, es importante que los papás estén atentos a posibles alteraciones que puedan modificar su dormir.
No se trata de un problema aislado, y puede haber diferentes trastornos asociados como dificultades para conciliar el sueño, permanecer dormidos o la apena (dejar de respirar por unos momentos).
¿Cuáles son los síntomas de un mal dormir?
Es importante estar atento a la forma en que el niño respira comúnmente. Por ejemplo, si respira mal o de manera extraña cuando está acostado mientras ve televisión o juega, o si pareciera que estuviera congestionado, si lo hace con la boca abierta, si aunque tras un lavado de nariz sigue respirando de manera extraña.
Adicionalmente sí duerme mal durante la noche, se despierta con frecuencia, ya sea por tos o por problemas de respiración, lo más conveniente es consultar con un otorrino que pueda diagnosticar cuál es el problema.
¿A qué estar atentos?
Los papás deben estar atentos a los siguientes síntomas, que pueden dar una señal de alerta de un mal dormir:
- Ronca durante las noches. Aunque sean suaves o muy fuertes, los ronquidos no son normales y necesitan ser atendidos por un especialista, pues son evidencia de una alteración respiratoria.
- Apnea: el niño puede dejar de respirar por unos instantes, se debe consultar inmediatamente con un especialista.
- Palidez: pudiendo ser excesiva durante el sueño y si los labios se ponen morados, puede tratarse de algo peligroso.
- Se marcan las costillas al respirar cuando duerme.
- Suda profusamente durante el sueño.
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