Los “terribles” y adorables 2 años

Babytuto

23 de septiembre de 2015

Me imagino que habrán escuchado más de una vez que los 2 años son “intensos”, que se relacionan con la aparición de las temidas pataletas y que incluso pueden asociarse con una primera “adolescencia”. Si bien nada de esto es falso, me parece necesario hacer un lado la “mala fama” de esta etapa, que a la vez es tremendamente desafiante y entretenida. Lo he repetido cada vez que escribo acerca de los niños, pero aun así creo necesario volver a decirlo, todos los niños son distintos, crecen y se desarrollan a partir de sus ritmos particulares; sin embrago existen ciertas características comunes a determinadas etapas del desarrollo. Y lo que ocurre alrededor de los dos años, es una de éstas. Se trata de una etapa que se caracteriza por logros fundamentales para el desarrollo de un niño, como los primeros rasgos de independencia y diferenciación de sus padres, intentos que tienen como correlato las temidas “pataletas”. Lentamente comienzan a luchar por su autonomía y quieren imponer sus gustos, tal como los adultos; pero no debemos olvidar que aún no piensan como los adultos y que por lo tanto no son capaces de comprender explicaciones demasiado elaboradas. Al igual que en la adolescencia, pienso que es fundamental que los niños puedan atravesar esta etapa con toda la intensidad requerida, ya que así nos darán pistas de que realmente están alcanzando estos logros. Probablemente el mejor consejo sea llegar informados a esta etapa (cada vez hay más y mejor literatura respecto a estos temas) y poder conversarlo con el papá o con quien se comparta la crianza; principalmente para asegurarnos que comprendemos de manera similar lo que nuestros hijos nos expresan con estas conductas. Es probable que en momentos de cansancio y agobio aparezca nuestro lado “más oscuro”, y en esos momentos la mejor y probablemente única estrategia sea respirar hondo y si es posible apoyarnos en quien tenemos al lado. La crianza es tremendamente demandante, aprendamos a pedir ayuda y a criar en comunidad; cuando estos temas se comparten, casi automáticamente la carga se hace más liviana. En relación con mi experiencia personal, mi cachorra siempre fue una niñita tranquila pero “intensa” o al menos siempre quise pensarla así. Es cierto que no me ha dado mayores problemas ni con el sueño ni con la comida (temas tremendamente angustiantes cuando no andan bien); pero llegaron los dos años y se hicieron notar con toda su fuerza. ¿Qué me queda?, reafirmar que es una niñita que vive intensamente sus emociones y que al parecer está cada vez más conectada con ellas; ya que lentamente ha aprendido a nombrarlas y yo a escucharlas. Si bien infinitas veces mi paciencia realmente se ha agotado y me he visto reaccionando de maneras que luego me entristecen, me doy cuenta que quién está enfrente mío es una personita total y absolutamente distinta a mí, que tiene sus gustos y opiniones, y que lucha por ellos. Finalmente, lo más sano es poder aceptar que los hijos crecen y que son distintos a nosotros; que se esfuercen por demostrarlo será a la larga un importante indicador de su salud mental. Constanza Pérez Tiska Psicóloga Infanto- Juvenil Allegra Red Otros temas que te pueden interesar: terribles2años

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