Los niños y el miedo a la gordura

Babytuto

19 de enero de 2015

Hace sólo algunos años atrás, la excesiva preocupación por el peso parecía ser un problema exclusivo de las adolescentes; y todo lo relacionado con trastornos de alimentación apuntaba hacia esa edad. Sin embargo, es sorprendente cómo en el último tiempo, niñitas cada vez más pequeñas manifiestan abiertamente su temor hacia engordar. Si antes estas conductas se veían en la adolescencia, hoy es común ver a niñas y niños de 3 años que rechazan un chocolate, porque en sus palabras, “se van a poner gordos”, o que dicen “los gordos son feos”. Estos comentarios aparecen tanto en el contexto clínico como en los colegios, jardines infantiles, cumpleaños o reuniones familiares. Incluso se ha convertido en lo que podríamos llamar un “nuevo” motivo de consulta, por el que padres y madres llegan con sus hijos a terapia. Las dificultades en la alimentación en niños pequeños ha sido siempre motivo de preocupación, pero parece ser que si antes la principal angustia de las mamás era “mi hijo no come; ahora la pregunta parece ser otra, “¿qué hago con mi hijo que no para de comer?” Podemos pensar como positivo que los padres estén cada vez más preocupados por “retornar” a una comida saludable, después de haber vivido por años el boom de la “comida chatarra”. Sin embargo, muchas veces el límite aparece como muy difuso o fácil de traspasar. ¿Cuánto hay de preocupación por lo sano de los alimentos y cuánto es por el miedo a tener hijos con sobrepeso? Está claro que la obesidad es incompatible con la salud, y que los padres deben velar porque sus hijos tengan una relación peso- talla adecuadas, ¿pero qué ocurre cuando estas preocupaciones son transmitidas abiertamente a los niños?, ¿qué pasa cuando los niños se dan cuenta que sus padres están preocupados por su gordura? La obesidad como problema ha existido siempre; y la ansiedad como respuesta del sujeto ante una situación difícil también. Lo que aparece como novedad es la asociación entre ansiedad, infancia y alimentación, además del miedo desproporcionado de los niños de convertirse en “gordos”. Lamentablemente nos encontramos cada vez con más niños ansiosos, como un síntoma de la época actual, donde gran parte del éxito se mide a través del físico y la apariencia. Vemos esta actitud en niños que aparentemente no tienen carencias afectivas ni materiales, pero que crecen con el miedo a ser gordos, como si serlo fuera sinónimo  de “feo” o “fracasado”. ¿Cuánta responsabilidad tenemos en esto como adultos y como padres? A continuación, algunas ideas que podrían ayudarnos a manejarnos mejor en este complejo tema:
  • Principalmente para las mamás, ser muy cuidadosas al momento de ponernos a dieta. Transmitirles que la preocupación es por comer sano y estar en buen estado físico y no una obsesión por bajar de peso.
  • Al momento de “premiar” a los niños, evitar que sea con cosas ricas para comer. Nada será mejor que proponerles ir a la plaza o pasar un momento juntos.
  • Al momento de elogiarlos, recurrir a todas las cualidades que van más allá de lo físico; Las niñas por ejemplo, son mucho más que “lindas”
  • Trasmitirles incansablemente la riqueza de la diversidad, que desde niños sepan apreciar la belleza en la diferencia.
  • Y por último, intentar potenciarles al máximo el deporte y las actividades al aire libre. Si los niños ven a sus padres disfrutar con estas actividades, lo más probable es que ellos las disfruten también.
Constanza Pérez
  • Psicóloga Infanto Juvenil
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