Lenguaje emocional en niños pequeños

Babytuto

3 de diciembre de 2015

Se empieza a educar con inteligencia emocional desde la gestación. Si bien no se ha comprobado científicamente los efectos anímicos de la madre en el bebé, éste no permanece ajeno a las vivencias emocionales. Ya recién nacido, el bebé puede expresar emociones básicas como la alegría, el interés, aflicción. Hacia los cuatro meses ya pueden reír a carcajadas, experimentar complacencia cuando lo bañas, masajeas sus pies, o simplemente al cargarlo en brazos. También comienza a aparecer el temor, y en menor grado el enojo, sorpresa y asco. Debido a que los niños regulan sus respuestas emocionales mediante la cultura y principalmente gracias a la interacción social que tienen con sus padres, resulta de vital importancia modular su bagaje emocional a través de la identificación de estas emociones que nos permitirán sintonizar junto a ellos las formas de interpretar el mundo, entender sus necesidades, y debido a que el cerebro está en plena maduración en esta etapa, les ayudamos a estimular el desarrollo de su estructura cerebral. Asimismo, la necesidad de contacto físico del bebé es enorme y fundamental para su correcto desarrollo psico-afectivo. Si un bebé llora para que lo cojamos, hay que alzarlo, abrazarlo y calmar su necesidad. Cuanto más rápido atiendas sus necesidades, reducirás el nivel de demanda cuando mayor. Hacia los dos años el bebé ya puede desarrollar emociones más reflexivas como la vergüenza, la culpa, el orgullo, tornándose más significativo sintonizar con ellos para saber que les pasa y enseñarles a comprender el significado de estas emociones y modular su lenguaje corporal, la postura, las expresiones faciales, el tono de voz. Esta modulación de lenguaje corporal resultará un medio mucho más efectivo para mejorar la comprensión de sus emociones y las de los demás. Por ejemplo después de una pataleta, (nunca durante), cuando nuestro niño está mas tranquilo, podemos hacer una reflexión guiada que consiste en reflejar lo que le pasa y coaccionar un aprendizaje. Por ejemplo: “Sé que te enoja cuando tu hermana te quita tus juguetes, pero no es bueno que le grites, eso no está bien”, - hablando en un tono de voz suave y calmo- “Sé que te da mucha rabia”, - gesticulando la rabia con tu cara- Con niños menores de un año, podemos hacerlo de la misma forma, aunque no nos entiendan verbalmente, podemos regular nuestro propio  lenguaje emocional con  los bebés, ya que asimilan nuestra voz, nuestra cara y corporalidad. Finalmente es importante que cuides tu bienestar emocional para influir positivamente en tus hijos. Recuerda que cada etapa pasa muy rápido y que estás invirtiendo tu energía para crear las bases de un niño sano, que sabrá respetarse, quererse y cuidará de los demás como tú lo hiciste con él/ella. Otros temas que te pueden interesar:  inteligenciaEmocional

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