Las maravillas del beso

Babytuto

24 de septiembre de 2014

El beso, ese maravilloso cariño que recibimos desde muy pequeños y que nos entrega la primera señal que otro nos quiere y nos considera. ¿Cuántos besos habremos recibido en la vida? ¿Cuántos tipos de besos podemos reconocer? ¿Cuán innovadores somos con nuestros besos para expresar exactamente lo que estamos sintiendo? Me atrevo a afirmar que de tanto beso entregado y recibido hemos perdido habilidad para explorar todas las posibilidades de un beso. Quizás los besos más comunes que abundan en nuestra vida cotidiana sean los besos de estampilla o piquitos. Muy probablemente los besos húmedos, profundos, mordisqueados, sean los más recordados y también los más ausentes. Besar no significa juntar dos bocas. Besar eróticamente tampoco se resume en mojar intensamente la boca de nuestra pareja o hacer un ejercicio “lingüístico”. Aprender a besar y entrenar una diversidad de besos potencia nuestra habilidad erótica para provocar a nuestro amante y a nosotros mismos. Los besos pueden envolver cualquier acto sexual cotidiano y, si son bien aprovechados, convertirlo en una gran experiencia “húmeda”. Los besos pueden provocar y activar las ganas cuando ni siquiera ha ocurrido un buen tocamiento genital. Un beso puede ser el broche de oro de una experiencia llena de pasión, pero donde también uno encuentra ternura. Todo depende del tipo de beso que se quiera poner en marcha. Besar con los labios y solo con los labios implica rozar con la boca cuanta zona te parezca interesante explorar. Besa con la boca entreabierta para que tu pareja sienta la tibieza de tu interior, pero no involucres la lengua: besa despacio, suave, de a poco. Para el “beso con lengua” hay que aprender a usar la lengua como elemento de provocación; juega con tu lengua dentro de la boca de tu amante, prueba diferentes formas, más superficiales, más profundas, pero deja respirar a tu pareja. Acaricia el paladar, explora su boca y relaja tu lengua cuando tu pareja quiera jugar contigo. Besa también con tus dientes; mordisquea la comisura de los labios de tu compañer@, o cualquier zona que te provoque, pero con calma, despacio, haz que se sienta “comido”, atrapado por la pasión que su cuerpo desata en ti. Relaja tu boca y deja que el otro “la visite”. Este es quizás el beso más apasionado, cuando la intensidad del encuentro es alta y basta encontrarse con la boca del otro que se abre, en señal de entrega, de disposición a cualquier contacto. No olvides el beso de reconocimiento y agradecimiento por el buen momento vivido, ese beso profundo, pero ya calmo, el beso tierno y arrullador, el beso del relajo, el beso antes de dormir. Los besos traducen amor, compasión, ternura, pasión, locura, relajo… Besa a tu compañero/a con la mayor frecuencia posible. Motivos hay de sobra. Sexo y mujer Renata Ortega - Terapeuta sexual y de pareja Centro Meridiano - Medicina china para la salud de la mujer www.centromeridiano.cl  besos

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