La impaciente: Mi futuro según una bruja
Babytuto
10 de septiembre de 2014
Fui a una bruja. Yo no creo en brujas, pero cada vez que me recomiendan a una, voy. Bienvenidas al mundo de las decisiones inconsecuentes.
Fui porque una amiga había ido y le habían dicho que una amiga suya estaba tratando de quedar embarazada y que le iba a costar mucho. Mi amiga dedujo que esa amiga era yo (igual me molestó un poco, porque hay como 3 más que estamos en la misma, no tenía por qué ser yo específicamente, pero bueno...). Este lugar queda en el centro y, según conversé con otras 2 clientas, la bruja siempre te hace esperar al menos una hora y media. Es similar a lo que era ir a un doctor hace 10 años (¿se acuerdan que la noción de “respeto al cliente” era nula y una se volvía de piedra esperando?). Bueno, en la salita habían cerros de revistas y leí unas 5, porque se demoró finalmente 2 horas en hacerme pasar.
Leí el horóscopo para este año, leí los tips de belleza, leí sobre las nuevas dietas de moda, leí sobre las predicciones económicas, leí, leí, leí. Y al final, todo tenía el mismo sentido: estaba informándome sobre maneras de controlar lo que pasaría en un futuro cercano.
Estaba leyendo sobre cómo preocuparme en vez de ocuparme. Estaba leyendo sobre cremas antienvejecimiento que todavía no necesito (tanto), sobre desastres económicos posibles que podrían muy eventualmente suceder si el economista le achuntaba, sobre el cuerpo que debería querer tener y podré lograr si me mato de hambre y sobre las cosas emocionantes que según un desconocido me deberían pasar debido a que nacía en un día y mes determinado. Poco convincente, ¿cierto?
Digamos, entonces, que cuando entré a la sesión no estaba con el mejor ánimo ingenuo. Empecé con las preguntas: ¿voy a quedar embarazada? ¿cuándo? ¿va a ser sanito? Y la bruja me decía que sí, que todo saldría bien, que me iba a costar un poco quedar embarazada, que tenía que dejar de estresarme. Le pregunté por mí y por el Pelao y me dijo que seguiríamos juntos y que a pesar de que tener un hijo era difícil, al final la experiencia terminaría uniéndonos. ¿Les suena conocido? Esto es exactamente lo que cualquier persona puede decir de un embarazo. Y es tranquilizador, sí, porque todos queremos que nos digan que las cosas saldrán bien... pero, ¿es necesario?
Salí de la sesión un poco enojada conmigo misma: no debería permitir que una extraña se dé el permiso de hablar de mi vida, de mi futuro...y más encima pagarle 40 lucas. ¿Sería mejor saber? Claro. ¿Puedo saber? No. Así que a cruzar los dedos y vivir el ahora con más ganas en vez de angustiarse por lo que puede o no pasar.
La Impaciente
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La impaciente: Mi futuro según una bruja
Babytuto
10 de septiembre de 2014
Fui a una bruja. Yo no creo en brujas, pero cada vez que me recomiendan a una, voy. Bienvenidas al mundo de las decisiones inconsecuentes.
Fui porque una amiga había ido y le habían dicho que una amiga suya estaba tratando de quedar embarazada y que le iba a costar mucho. Mi amiga dedujo que esa amiga era yo (igual me molestó un poco, porque hay como 3 más que estamos en la misma, no tenía por qué ser yo específicamente, pero bueno...). Este lugar queda en el centro y, según conversé con otras 2 clientas, la bruja siempre te hace esperar al menos una hora y media. Es similar a lo que era ir a un doctor hace 10 años (¿se acuerdan que la noción de “respeto al cliente” era nula y una se volvía de piedra esperando?). Bueno, en la salita habían cerros de revistas y leí unas 5, porque se demoró finalmente 2 horas en hacerme pasar.
Leí el horóscopo para este año, leí los tips de belleza, leí sobre las nuevas dietas de moda, leí sobre las predicciones económicas, leí, leí, leí. Y al final, todo tenía el mismo sentido: estaba informándome sobre maneras de controlar lo que pasaría en un futuro cercano.
Estaba leyendo sobre cómo preocuparme en vez de ocuparme. Estaba leyendo sobre cremas antienvejecimiento que todavía no necesito (tanto), sobre desastres económicos posibles que podrían muy eventualmente suceder si el economista le achuntaba, sobre el cuerpo que debería querer tener y podré lograr si me mato de hambre y sobre las cosas emocionantes que según un desconocido me deberían pasar debido a que nacía en un día y mes determinado. Poco convincente, ¿cierto?
Digamos, entonces, que cuando entré a la sesión no estaba con el mejor ánimo ingenuo. Empecé con las preguntas: ¿voy a quedar embarazada? ¿cuándo? ¿va a ser sanito? Y la bruja me decía que sí, que todo saldría bien, que me iba a costar un poco quedar embarazada, que tenía que dejar de estresarme. Le pregunté por mí y por el Pelao y me dijo que seguiríamos juntos y que a pesar de que tener un hijo era difícil, al final la experiencia terminaría uniéndonos. ¿Les suena conocido? Esto es exactamente lo que cualquier persona puede decir de un embarazo. Y es tranquilizador, sí, porque todos queremos que nos digan que las cosas saldrán bien... pero, ¿es necesario?
Salí de la sesión un poco enojada conmigo misma: no debería permitir que una extraña se dé el permiso de hablar de mi vida, de mi futuro...y más encima pagarle 40 lucas. ¿Sería mejor saber? Claro. ¿Puedo saber? No. Así que a cruzar los dedos y vivir el ahora con más ganas en vez de angustiarse por lo que puede o no pasar.
La Impaciente
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