La impaciente: Fin!, inicio de nuevos capítulos
Babytuto
24 de septiembre de 2014
Para que las cosas nuevas puedan pasar es necesario dejar atrás las cosas viejas. Es urgente, de hecho, darle un portazo a todo eso que fue bonito y doloroso y esperanzador y traumático, porque son cosas que ya fueron. Porque ya no están pasando. Porque uno puede seguir viviendo del pasado solo una cantidad de tiempo razonable. Cuando se toma esa decisión -esto se acabó, ya no más-, recién entonces aparecen las oportunidades. Por eso este es el último post que escribo de La Impaciente.
Cuando partí escribiendo yo tenía una vida armada. Yo quería tener una guagua con mi pololo. Seguir escribiendo acá es como seguir contando esa historia todavía, y esa historia, para bien o para mal, ya no existe. Quiero poder contar otra historia. O tal vez muchas historias más.
He cambiado mucho. Quizás más de lo que puedo dimensionar. Si no fuera así, no habría tomado la decisión de irme de Chile a principios de agosto. Sí, es un poco apresurado, pero sí, también es una decisión que debería haber tomado hace mucho tiempo y también sé que si no lo hago así, rápido y tajante, me quedaré, porque es más cómodo.
Siempre quise irme, pero también siempre le puse un "pero". Ya no me quedan excusas y tendría que ser muy tonta para seguir frenando algo que internamente sé que necesito.
Arrendaré mi departamento, venderé mi auto, por un rato le dejaré el Vaca a mi mamá, después pediré que me lo manden. Me voy lejos, pero -en serio- no saben cuán feliz estoy de irme. Cuando terminé de escribir el post de la semana pasada me iluminé. Era como si todo lo que he venido haciendo hasta ahora me hubiese preparado para esta decisión. Siento que mi vida ahora se dividirá en dos: antes y después de partir. Es hora de empezar de nuevo.
Chao Pelao, fue bonito mientras duró.
Chao pasteles con los que salí estos meses: me recordaron que hay que ser más selectiva.
Chao esos pocos sujetos que fueron un aporte: fueron un input de energía y autoestima cuando más lo necesitaba.
Chao (¡y nos vemos!) familia y amigos, los echaré de menos. Son lo máximo.
Gracias a ti por leer. Sé que este blog no era lo más popular de la tierra, pero escribirle a ese grupito de personas semana a semana me dio la energía para tomar decisiones que quizás pensándolas sola no habría tomado. Gracias, gracias, gracias.
Bienvenidas las nuevas aventuras.
La impaciente
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La impaciente: Fin!, inicio de nuevos capítulos
Babytuto
24 de septiembre de 2014
Para que las cosas nuevas puedan pasar es necesario dejar atrás las cosas viejas. Es urgente, de hecho, darle un portazo a todo eso que fue bonito y doloroso y esperanzador y traumático, porque son cosas que ya fueron. Porque ya no están pasando. Porque uno puede seguir viviendo del pasado solo una cantidad de tiempo razonable. Cuando se toma esa decisión -esto se acabó, ya no más-, recién entonces aparecen las oportunidades. Por eso este es el último post que escribo de La Impaciente.
Cuando partí escribiendo yo tenía una vida armada. Yo quería tener una guagua con mi pololo. Seguir escribiendo acá es como seguir contando esa historia todavía, y esa historia, para bien o para mal, ya no existe. Quiero poder contar otra historia. O tal vez muchas historias más.
He cambiado mucho. Quizás más de lo que puedo dimensionar. Si no fuera así, no habría tomado la decisión de irme de Chile a principios de agosto. Sí, es un poco apresurado, pero sí, también es una decisión que debería haber tomado hace mucho tiempo y también sé que si no lo hago así, rápido y tajante, me quedaré, porque es más cómodo.
Siempre quise irme, pero también siempre le puse un "pero". Ya no me quedan excusas y tendría que ser muy tonta para seguir frenando algo que internamente sé que necesito.
Arrendaré mi departamento, venderé mi auto, por un rato le dejaré el Vaca a mi mamá, después pediré que me lo manden. Me voy lejos, pero -en serio- no saben cuán feliz estoy de irme. Cuando terminé de escribir el post de la semana pasada me iluminé. Era como si todo lo que he venido haciendo hasta ahora me hubiese preparado para esta decisión. Siento que mi vida ahora se dividirá en dos: antes y después de partir. Es hora de empezar de nuevo.
Chao Pelao, fue bonito mientras duró.
Chao pasteles con los que salí estos meses: me recordaron que hay que ser más selectiva.
Chao esos pocos sujetos que fueron un aporte: fueron un input de energía y autoestima cuando más lo necesitaba.
Chao (¡y nos vemos!) familia y amigos, los echaré de menos. Son lo máximo.
Gracias a ti por leer. Sé que este blog no era lo más popular de la tierra, pero escribirle a ese grupito de personas semana a semana me dio la energía para tomar decisiones que quizás pensándolas sola no habría tomado. Gracias, gracias, gracias.
Bienvenidas las nuevas aventuras.
La impaciente
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