La impaciente: El macho cazador

Babytuto

24 de septiembre de 2014

Ya ha pasado un mes y todavía nada. Lo he conversado con un par de amigas y me dicen que no me urja. Según ellas, mientras más ansiosa, peor y menos posibilidades (¿mito?). Pero eso es lo mismo que decirle a alguien “no pienses en un gorila usando zunga”: lo primero que uno piensa es exactamente eso, así que lo de “no te pongas nerviosa” no me funciona. No ha sido de lo más fácil y siento que me desanimo rápido. Ando más sensible y enojona. El Pelao se las ha sufrido. Hablamos lo de la semana pasada y me jura de guata al suelo que lo dijo todo sin pensar, pero yo no me lo puedo quitar de la cabeza. ¿Y si yo estoy lista, pero él no? ¿Y si al final no tiene tantas ganas? Lo conversé con mi mamá y me dijo que el hombre nunca estaba listo hasta que pasaba, poco menos hasta que veía la guagua. Que no estaba en su naturaleza de macho cazador. Pucha, yo pienso distinto -y el Pelao, déjenme que les diga, no tiene nada de macho cazador, excepto el hecho de querer comprar carne en cantidades industriales-, o sea, no creo que el cuento sea tan animal, pero cuando uno escucha la misma frase de formas distintas, es por algo, ¿no? Me preocupa estar yo no más arriba de un carro que nos involucra a los dos. ¿Alguien ha pasado por esto? Es parte del proceso, ¿cierto? Se ve tan seguro de quererlo, pero a ratos pienso que es porque no lo dimensiona. Las mujeres estamos más conectadas con la responsabilidad que implica, parece. O sea, yo le hablo al Pelao de la guagua y él piensa en números y me saca ecuaciones matemáticas de costos ( lo que no me parece mal, a todo esto, alguien lo tiene que hacer). No creo que capte todavía que es una decisión para toda la vida: que si quedamos embarazados tendremos que hacernos cargo del monstruito juntos. PD1: más encima se corrió la voz y bueno, ya todos nuestros amigos saben y nos preguntan. Igual estresante. PD2: mi mamá, que ya asumió que estamos en campaña, está empezando a comprar cosas para decorarle la pieza. La Impaciente el macho casador

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