La impaciente: Complejo de naúfrago
Babytuto
10 de septiembre de 2014
La falta de foco. Todo este tiempo (¿perdido?) es producto de la falta de foco. De más o menos saber lo que uno quiere, pero no saber cómo cresta conseguirlo. Entonces uno se queda ahí, como a la deriva, viendo si las cosas se materializan. Como por la buena onda, porque eso le pasa a algunas personas, ¿cierto? Gente a la que las cosas les "fluyen". Pfff.
Me siento en la misma de antes: quiero tanto tener mi vida armada, pero todo este tiempo he estado desarmándola, pedacito a pedacito, engranaje a engranaje. Como desmontando un motor de un auto y sabiendo que nunca voy a poder montarlo igual. Que se me va a perder más de un tornillo. Tal vez la única forma de empezar bien es retroceder para agarrar vuelo. Deshacer y partir otra vez. Me canso. No es que no tenga ganas, pero ¿todo de nuevo? Mejor dormir siesta.
Salgo con M. y me pregunto si esto no es, acaso volver a los 20, volver a salir por salir. ¿No sale una más transquilada? ¿Terriblemente trasquilada? ¿No pasa que siempre alguien al final se termina enganchando? Y después eso de no querer levantarse en la mañana, de la llamada que no llega, del reencuentro que no fue, del cierre que nunca se tuvo.
El otro día un amigo me hizo un comentario sobre una prima de él que había conocido a alguien en un avión y casi se había ido a vivir con el desconocido. Dijo "Ahhh no, es que ella tiene complejo de náufrago". Y ahí quedé. Complejo de náufrago: agarrarse a lo que sea para no hundirse. Aferrarse. A la deriva, pero hey, ¡sobreviviendo! Orgullosa de estar en medio de la nada después del desastre. Y yo que pensaba que lo mío era el complejo de Electra, o incluso el ser atractiva para los con Complejo de Peter Pan. Ja. Ya no es tan divertido.
Veo a M. y me río con él y sí po, me olvido de todo. De que tengo 30 años, de que yo tenía una vida armada, de que yo estaba tratando de quedarme embarazada, de que yo todas las noches me iba a dormir con un hombre que me decía que me amaba. Suena chulo, pero es verdad. De que yo me sentía suertuda. Y cuando me despertaba a su lado todo encajaba.
Hoy me desperté al lado de M. Sí, pasó. Y estuvo todo bien, en serio. Más que bien. Pero M. no es el Pelao y yo todavía echo de menos y siento como si alguien hubiese venido en medio de la noche y me hubiera sacado un cubito de mi piel. Algo que apenas se ve, que puedo disimular, pero yo sé que no está. Disfruto de M., no me malentiendan: de su forma de acercarse, de sus ideas inocentonas, de sus ganas de descubrir. Y en breves -brevísimos- momentos se me aparece el Pelao. Y abrazo a M. con más fuerza y le doy besos más cariñosos. Me digo: "complejo de náufrago". Qué sencillo decirlo.
La impaciente
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La impaciente: Complejo de naúfrago
Babytuto
10 de septiembre de 2014
La falta de foco. Todo este tiempo (¿perdido?) es producto de la falta de foco. De más o menos saber lo que uno quiere, pero no saber cómo cresta conseguirlo. Entonces uno se queda ahí, como a la deriva, viendo si las cosas se materializan. Como por la buena onda, porque eso le pasa a algunas personas, ¿cierto? Gente a la que las cosas les "fluyen". Pfff.
Me siento en la misma de antes: quiero tanto tener mi vida armada, pero todo este tiempo he estado desarmándola, pedacito a pedacito, engranaje a engranaje. Como desmontando un motor de un auto y sabiendo que nunca voy a poder montarlo igual. Que se me va a perder más de un tornillo. Tal vez la única forma de empezar bien es retroceder para agarrar vuelo. Deshacer y partir otra vez. Me canso. No es que no tenga ganas, pero ¿todo de nuevo? Mejor dormir siesta.
Salgo con M. y me pregunto si esto no es, acaso volver a los 20, volver a salir por salir. ¿No sale una más transquilada? ¿Terriblemente trasquilada? ¿No pasa que siempre alguien al final se termina enganchando? Y después eso de no querer levantarse en la mañana, de la llamada que no llega, del reencuentro que no fue, del cierre que nunca se tuvo.
El otro día un amigo me hizo un comentario sobre una prima de él que había conocido a alguien en un avión y casi se había ido a vivir con el desconocido. Dijo "Ahhh no, es que ella tiene complejo de náufrago". Y ahí quedé. Complejo de náufrago: agarrarse a lo que sea para no hundirse. Aferrarse. A la deriva, pero hey, ¡sobreviviendo! Orgullosa de estar en medio de la nada después del desastre. Y yo que pensaba que lo mío era el complejo de Electra, o incluso el ser atractiva para los con Complejo de Peter Pan. Ja. Ya no es tan divertido.
Veo a M. y me río con él y sí po, me olvido de todo. De que tengo 30 años, de que yo tenía una vida armada, de que yo estaba tratando de quedarme embarazada, de que yo todas las noches me iba a dormir con un hombre que me decía que me amaba. Suena chulo, pero es verdad. De que yo me sentía suertuda. Y cuando me despertaba a su lado todo encajaba.
Hoy me desperté al lado de M. Sí, pasó. Y estuvo todo bien, en serio. Más que bien. Pero M. no es el Pelao y yo todavía echo de menos y siento como si alguien hubiese venido en medio de la noche y me hubiera sacado un cubito de mi piel. Algo que apenas se ve, que puedo disimular, pero yo sé que no está. Disfruto de M., no me malentiendan: de su forma de acercarse, de sus ideas inocentonas, de sus ganas de descubrir. Y en breves -brevísimos- momentos se me aparece el Pelao. Y abrazo a M. con más fuerza y le doy besos más cariñosos. Me digo: "complejo de náufrago". Qué sencillo decirlo.
La impaciente
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