La impaciente: Cómo estar incómoda dignamente

Babytuto

24 de septiembre de 2014

Nadie te prepara para la incomodidad. La gente no te educa para saber cómo comportarte cuando estás incómodo, sino, más bien, para sentirte cómodo. Pero todos los que han estado incómodos alguna vez -y si usted está vivo, estoy 100% segura de que le ha pasado- saben que no se sale de la incomodidad: es un estado en el que uno entra en sintonía, es un hoyo negro que te chupa, te envuelve y al final, te deja agotada y un poco avergonzada. No es un lugar desde el que uno salga diciendo "desde ahora en adelante me sentiré cómoda, yeah". Así que el asunto es este: últimamente me he sentido incómoda. Incómoda en citas y en juntas con personas que no conozco tanto y tal vez en reuniones con amigas de toda la vida donde de pronto -oh Dios- todas están casadas y con hijos. Como que ya no pertenezco ahí. O sí, pero como un juguete extraño y divertido. A veces, incómoda en la pega. A veces, incómoda conmigo misma. Y seamos honestos: súper incómoda en situaciones familiares donde yo era parte de la-gente-con-pareja y ahora soy como un reciclado de mis propios 15 años: too much de todo (incluyendo escote y alcohol y comida basura). He pensado mucho sobre la incomodidad, y estos son algunos tips:
  • Incómoda en una cita: piénsalo como una película. El tipo dice cosas raras, es medio pelotudo. Sí, estás incómoda. Miras a la puerta, miras tu celular, miras al mesero, te imaginas tal vez en una playa paradisiaca. Nada sirve. Asúmelo: saliste con un mal match. Un pésimo match. Esto será una historia genial. Muestra interés a ver qué otra tontera te dice.
  • Incómoda familiar: exagera la incomodidad. Da vuelta los papeles. Intensifica el mal rato: te preguntan si has sabido del innombrable y di, en vez de un no tímido, "¡Nada! Años tirando con ese sujeto y ni una sola llamada de arrepentimiento alcohólico, ¿ustedes se lo explican?". Salud.
  • Incomodidad laboral: eres una pelotuda en la pega. Tú lo sabes, tus jefes lo saben, tus compañeros de trabajo lo saben. No tienes dedos para el piano y la gente te mira con condescendencia y tú te esfuerzas, pero cada vez que te esfuerzas lo arruinas más (si es que ese "más" es humanamente posible). Deja de intentarlo: eres un desastre, eres casi un Bartleby (preferiría no hacerlo, ah), eres una falla. Asúmelo. Abraza la incomodidad. Apuesto que sabes hacer café súper bien.
Sentirse incómoda es natural. Las grandes historias, películas o anécdotas no se contruyen sobre momentos perfectos, sino, más bien, sobre el error. Eso que ahora te hace sonrojarte y querer esconderte debajo de tu cama y no salir nunca más hasta que alguien en mil años más te descubra y piense que eras una princesa egipcia, mañana será lo que te haga reír. La impaciente incómoda

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