Intolerancia a la lactosa

Babytuto

7 de junio de 2013

Los bebés que tienen intolerancia a la lactosa se debe a que nacieron sin la capacidad de producir lactasa, enzima necesaria para digerir la lactosa, que es la azúcar principal de la leche de vaca y la leche materna.

Si un bebé recién nacido tiene deposiciones acuosas o muchos gases, puede que tenga deficiencia funcional de lactasa, la cual suele ser transitoria y se debe a que no pueden digerir por completo la lactosa durante sus primera semanas. No obstante, si estos síntomas persisten y se acompañan de sarpullido, irritabilidad, diarrea o vómitos después de alimentarse y/o cólicos, se podría sospechar que el bebé tiene intolerancia a la lactosa.

Si existe sospecha de una eventual intolerancia a la lactosa se debe acudir al médico para que evalúe al bebé y oriente a los padres. Generalmente, si la madre continúa amamantando tendrá que reorganizar su dieta, ingiriendo alimentos que no contengan lactosa. En caso de darles leche de fórmula, ésta debe ser especial, las cuales están diseñadas especialmente para los niños que tienen este tipo de intolerancias.

La intolerancia a la lactosa puede aparecer de forma temporal, como reacción a después de una enfermedad gastrointestinal, o un tratamiento con antibióticos. Si este es el caso, es normal que el bebé presente gases o diarrea después de alimentarse. En estas situaciones lo mejor es consultar con el pediatra para saber si es bueno alternar la leche materna con leche de fórmula.

¿Qué otros síntomas puede presentar?

A veces, la intolerancia a la lactosa se puede presentar como eccema, lo que provoca que la piel se vea y sienta reseca, áspera, y escamosa. Esto puede cubrir grandes partes del cuerpo del bebé, las que pueden provocar picazón y molestias. Se puede aliviar mediante el uso de cremas hidratantes y jabones suaves para el baño.

¿Intolerancia a la lactosa es lo mismo que alergia a la leche?

No es lo mismo. Si bien la intolerancia a la lactosa no es común en bebés, esta se produce como una incapacidad de asimilar correctamente la proteína de la leche, mientras que una alergia se relaciona con el sistema inmunológico, el que responde con diferentes reacciones a un determinado alimento, en este caso la leche.

Los tratamientos son diferentes. En el caso de una intolerancia a la lactosa solo basta con disminuir la cantidad de leche que se consume, y eso puede aliviar las molestias. En el caso de una alergia, es necesario eliminar completamente el alimento que la provoca, pues en algunos casos sus síntomas pueden ser muy graves.

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