Cuando los niños están en edad preescolar, entre los 2 y los 5 años, es normal que se pongan muy exigentes a la hora de comer, y no sigan horarios tan establecidos para la alimentación. Esto genera preocupaciones en los papás, porque no están ingiriendo la cantidad de alimentos que ellos esperan, pero mientras tengan un crecimiento normal, no debería significar mayores problemas.
Durante esta edad los niños tienen problemas para concentrar su atención en una sola cosa, y su humor es un poco cambiante, lo que no contribuye cuando llega el momento de comer. Mientras los menores aumenten su peso conforme van creciendo, y no ocurra lo contrario, significa que están bien.
Es común que los niños coman solo cuando tienen hambre, y a veces suelen hacerlo más veces al día para suplir lo que no ingieren de una sola vez. Por eso es importante ofrecerle alimentos que sean saludables, y que tengan un importante aporte calórico, para que tengan energía durante todo el día.
Mientras más presionen a los niños, menos ganas tendrán de comer, por eso a veces es mejor dejarlos actuar por sí solos, para que elijan qué comer y cuándo hacerlo, pero siempre estableciendo límites. Si no quiere comer durante varios días, o solo elige dos o tres cosas que solo le gustan, es importante ir con un médico, para determinar que no tiene problemas de peso, y que internamente esté todo funcionando bien.
Los papás deben recordar que la hora de la comida también es un momento para explorar, por lo que hacer de esto un espacio entretenido es igual de fundamental. En caso de que los problemas de alimentación sean constantes lo mejor es consultar inmediatamente con un especialista que ayude a los papás a solucionar este problema.
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