El sexo no es una tarea más del día
Babytuto
27 de agosto de 2014
Hace ya un tiempo que me impresiona la manera en que las personas planifican sus vidas año a año, día a día, minuto a minuto. Hombres y mujeres en plena etapa productiva cargan sus smartphones, tablets, notebooks, o las tradicionales agendas de papel, como si fuesen el bien más preciado, sin los cuales se corre el riesgo de encontrarse en un lugar ingrato.
Todo está finamente calculado: se ordena el tiempo, se organizan actividades, se configura la vida. Incluso el ocio y el placer caben en esta programación (hora del masaje, hora del café con los amigos). Es como si el éxito dependiera de encontrar la secuencia exacta que nos permitiera hacer y cumplir con tod@s.
Pienso si en esas agendas, donde el planning es riguroso y exacto, existe algún horario, probablemente al final del día, con la siguiente actividad “Sexo: de 23:00 a 23:30”. Mientras más lo pienso, más me aterra la idea.
No, ¡por favor! No llevemos el placer de un momento de intimidad a una agenda; no le pongamos límite de tiempo al disfrute, no calculemos cuántas veces debemos tener sexo para ser exitosos. Quien hace esto probablemente concibe su placer como un producto y no como el maravilloso proceso de provocar al deseo. Podrá hacer un “ticket” cuando cumpla la tarea, pero le sobrará espacio para describir lo que hizo con su sexo.
Las invito a pensar de otra forma. No hay nada más excitante en el sexo que el asombro. El no saber cuándo una mano se deslizará hacia otra zona, el sorprenderse cuando al meternos a la cama el cuerpo de nuestro amante está desnudo e inquieto. La posibilidad de no saber si este beso terminará aquí o en el dormitorio, la grata sorpresa de levantar una falda y no encontrar el límite obvio de la ropa interior.
La actividad sexual no es un producto. La cantidad de sexo que tenemos chequeada en la agenda al finalizar el mes no garantiza que seamos buenas amantes, ni siquiera asegura que lo pasamos bien teniendo sexo. Cuando se sitúa la calidad de vida sexual en la cantidad de veces que se logra tener sexo, probablemente se sabe muy poco de sexo…es decir, de entregar y de recibir placer.
Para terminar solo me queda proponerles que pongan algo de incertidumbre entre sus sábanas. Jueguen a sorprender…solo hay un elemento que debemos planificar: la protección sexual. Cuidémonos de las sorpresas indeseadas.
Sexo y mujer
Renata Ortega - Terapeuta sexual y de pareja
Centro Meridiano - Medicina china para la salud de la mujer
www.centromeridiano.cl
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El sexo no es una tarea más del día
Babytuto
27 de agosto de 2014
Hace ya un tiempo que me impresiona la manera en que las personas planifican sus vidas año a año, día a día, minuto a minuto. Hombres y mujeres en plena etapa productiva cargan sus smartphones, tablets, notebooks, o las tradicionales agendas de papel, como si fuesen el bien más preciado, sin los cuales se corre el riesgo de encontrarse en un lugar ingrato.
Todo está finamente calculado: se ordena el tiempo, se organizan actividades, se configura la vida. Incluso el ocio y el placer caben en esta programación (hora del masaje, hora del café con los amigos). Es como si el éxito dependiera de encontrar la secuencia exacta que nos permitiera hacer y cumplir con tod@s.
Pienso si en esas agendas, donde el planning es riguroso y exacto, existe algún horario, probablemente al final del día, con la siguiente actividad “Sexo: de 23:00 a 23:30”. Mientras más lo pienso, más me aterra la idea.
No, ¡por favor! No llevemos el placer de un momento de intimidad a una agenda; no le pongamos límite de tiempo al disfrute, no calculemos cuántas veces debemos tener sexo para ser exitosos. Quien hace esto probablemente concibe su placer como un producto y no como el maravilloso proceso de provocar al deseo. Podrá hacer un “ticket” cuando cumpla la tarea, pero le sobrará espacio para describir lo que hizo con su sexo.
Las invito a pensar de otra forma. No hay nada más excitante en el sexo que el asombro. El no saber cuándo una mano se deslizará hacia otra zona, el sorprenderse cuando al meternos a la cama el cuerpo de nuestro amante está desnudo e inquieto. La posibilidad de no saber si este beso terminará aquí o en el dormitorio, la grata sorpresa de levantar una falda y no encontrar el límite obvio de la ropa interior.
La actividad sexual no es un producto. La cantidad de sexo que tenemos chequeada en la agenda al finalizar el mes no garantiza que seamos buenas amantes, ni siquiera asegura que lo pasamos bien teniendo sexo. Cuando se sitúa la calidad de vida sexual en la cantidad de veces que se logra tener sexo, probablemente se sabe muy poco de sexo…es decir, de entregar y de recibir placer.
Para terminar solo me queda proponerles que pongan algo de incertidumbre entre sus sábanas. Jueguen a sorprender…solo hay un elemento que debemos planificar: la protección sexual. Cuidémonos de las sorpresas indeseadas.
Sexo y mujer
Renata Ortega - Terapeuta sexual y de pareja
Centro Meridiano - Medicina china para la salud de la mujer
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