El control de esfínter en los niños

Babytuto

27 de marzo de 2014

El control de esfínter (capacidad de orinar y defecar voluntariamente en el momento apropiado) no es solo un tema de maduración del cuerpo, sino que también un proceso en el que influyen temas sociales, la relación con los padres, cambios en la vida cotidiana, entre muchos otros. Para los niños, progresar en este tema es difícil, pero puede servir a los papás para estrechar el vínculo con los niños, apoyarlos y contenerlos. Puede ser que algunos padres pueden sentir temor e inseguridades, especialmente si se trata de la primera vez. Es importante mencionar que no es extraño ni raro que los padres se preocupen porque el niño a los dos años no ha dado indicios de querer controlar los esfínteres. Algunas recomendaciones:
  • Prepararse, no solo emocionalmente sino con todo lo que significa. Por ejemplo, se debe contar con ropa para cambiarlo cuando sea necesario, para que no se sienta incómodo ni inseguro.
  • Cuando se le tenga que cambiar el pañal, se le puede incentivar a que ayude, por ejemplo buscando algo que la mamá vaya a necesitar. Esto ayudará que el momento de la muda sea más placentero que una molestia.
  • Tratar de comenzar el proceso en un ambiente cómodo. Si se parte en vacaciones o en un momento de crisis familiar se dificultará el proceso. Igualmente si se parte cuando el clima está frío, porque al niño no le darán muchas ganas.
  • Familiarizar al niño con el baño. Se le puede poner un baño portátil para ellos para que no se intimiden con la taza.
  • No preguntarle a cada momento si quiere ir al baño, para no estresarlo. Idealmente se le debe preguntar cada una hora, en un comienzo, y luego ir ampliando esos intervalos. Los papás deben estar atentos a si se pone inquieto, o si se lleva la manos a la zona genital.
  • Reforzar acciones positivas, como intentar limpiarse solo, o avisar cuando tenga ganas.
  • No retarlo cuando se haga pipí o caca. Estos accidentes son parte del proceso, por lo que se debe tratar el asunto con calma, e ir guiándolo para que no vuelva a ocurrir.
Entre los dos y tres años los niños ya tienen conciencia de que han mojado los pañales y avisan mediante algún gesto que necesitan un cambio. Esto no significa que los niños estén listos, y es solo la primera parte del proceso. Luego viene la etapa en que el niño sabe que está orinando, luego sabe y reconoce la urgencia para orinar, y finalmente puede aguantar hasta llegar el baño. No es raro que esto pueda durar hasta que tienen 4 años. Lo importante es no causarle estrés, e intentar que vaya a su propio ritmo. Otros temas que te podrían interesar:

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