Las separaciones de los padres siempre son difíciles y dolorosas de aceptar, tanto para los adultos, como para los niños. Pero esto no significa ni el fin de la familia ni que las cosas van a ser dramáticas para siempre.
Me gusta pensar en dos tipos de padres separados: los mal separados y los bien separados:
Los padres mal separados son aquellos que una vez que se separan viven constantemente en conflicto, nunca logran acuerdos, siempre que se juntan se crea un ambiente de tensión, aparecen dos especies de bandos en guerra fría.
Hay algunos que tratan de disimular esta situación para que los hijos no se den cuenta, pero los niños lo perciben de una forma u otra y eso hace que ellos vivan intranquilos en cuanto a la relación que sus padres sostienen, y les da una imagen de familia desunida o en ocasiones destruida.
Los padres bien separados son aquellos que a pesar de sus diferencias logran sostener una relación civilizada, cordial e incluso en algunos casos de cariño y respeto. Esto les da a los hijos que tienen en común un sentido de protección, de familia, de tranquilidad, ya que ven que a pesar de que sus padres ya no viven bajo el mismo techo, siguen comportándose un equipo.
¿Cómo lograr seguir siendo padres si ya no somos pareja?
Sin duda, es muy difícil, implica un trabajo personal previo de superar conflictos, rencores, heridas. Pero a pesar de ser difícil, es liberador y aliviador tanto para la ex pareja como para los hijos en común.
Algunas cosas que se pueden hacer para seguir siendo un equipo de padres a pesar de estar separados son:
- Hacer el duelo de la separación: mientras más odie a su ex y permanezca en el conflicto que llevó a separarlos, más difícil va a ser criar juntos.
- Mediar para llegar a acuerdos: si usted no logra llegar a acuerdos con su ex pareja, lo mejor es buscar un tercero que los ayude a ponerse de acuerdo sobre distintos temas en relación a la crianza: pensión de alimentos, visitas, vacaciones, fechas importantes, permisos, etc.
- No descalificar ni contradecir a su ex pareja en frente de los niños: frases como “es que tú sabes cómo es tu papá de apretado con la plata” ó “yo te daría permiso pero tu mamá es tan exagerada y aprehensiva” no sólo no solucionan nada, sino que ponen a su hijo en la necesidad de abanderarse con uno de los padres.
- Dar los mismos permisos: cuando su hijo pida un permiso para hacer lo que sea, debe consultarlo con su ex para que el niño tenga claro que las reglas son las mismas tanto en la casa del papá como en la de la mamá.
- Que ambos padres se involucren en todos los aspectos de la crianza: muchas veces pasa que el niño vive con uno de los padres, y se va a la casa del otro fin de semana por medio. En estos casos suele ocurrir que el que no vive con el niño quiere “aprovechar” de pasarlo bien con su hijo el fin de semana que le toca. Eso es súper válido, pero también debe criar a su hijo, no sólo regalonearlo: estudiar con él, revisarle tareas, castigarlo si rompe una regla, etc.
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