Este mes es el mes de las guaguas prematuras. Oficialmente, el 29 de noviembre, es el día en el que se busca crear conciencia sobre lo que implica nacer en estas condiciones.
En Chile, se estima que cada año nacen alrededor de 240.000 niños. De ellos, cerca de 2% son pequeños que llegan al mundo pesando menos de 1.500 gramos y con una gestación inferior a las 32 semanas. Su nacimiento es el comienzo de un largo recorrido para ellos y sus padres, quienes tendrán que sobrellevar altos y bajos, idealmente con el apoyo de todo el entorno.
Para sensibilizar sobre esta realidad, el próximo 29 de noviembre se celebra en nuestro país el día del Prematuro, fecha especialmente importante para la Asociación de Padres de Prematuros de Chile (ASPREM) , quienes junto a MEDELA, marca líder en artículos para madres y prematuros, despliega sus redes para informar y dar contención a las madres que tienen niños prematuros.
“Muchas veces los niños están en buenas manos porque tienen a todo el equipo médico mirando y acompañando. Sin embargo, las madres viven este proceso desde un sitial de espectadoras, generando sentimientos encontrados en las mamás” – señala Carolina Follert Subgerente de ventas.
Es por esto que en esta fecha, el llamado es a no perderlas de vista: acompañar emocionalmente, informar y ayudarlas a generar lazos con su recién nacido. Cuando un niño es prematuro, toda la familia lo es también.
Nacer prematuramente implica nacer antes de las 37 semanas de embarazo, es decir en condiciones inmaduras para vivir fuera del útero materno. Generalmente los bebes prematuros están expuestos a complicaciones cognitivas, neurológicas o motoras. Por esta razón deben permanecer, muchos de ellos, en el servicio de neonatología siendo monitoreados y supervisados constantemente por personal de salud, lejos de sus madres.
Cuando un niño nace prematuro, nace un niño que necesita de su madre con todos los poros de su cuerpo. Sin embargo, cuando un niño nace prematuro, madre es lo menos que encuentra. Las madres de bebés prematuros lo saben, pueden percibir su angustia y la experimentan en su cuerpo. La exigencia es de moverse en pos de alimentar y tocar brevemente a su hijo. Mientras ambos (bebé y madre) perciben que lo único que necesitan es estar juntos, los cuidados del prematuro requieren monitoreo constante, personal capacitado. Esto deja casi ningún espacio a la intimidad con la madre que es lo que requiere también. Esta situación genera dificultades emocionales en las madres y vacío en los bebés
¿Qué necesitan entonces las madres de guaguas prematuras?
¡Espacio! Para manifestar sus verdaderos sentimientos con las situaciones, contención de parte del grupo cercano, llorar abrazada a quién más la ame y armarse de fuerza para apoyar a su guagua que la necesita más que nunca. Necesita sentirse capaz de cuidar a ese pequeño prematuro y espacio para esto.
Por esta razón las neonatologías son cada vez más respetuosas de las necesidades emocionales e informadas del beneficio del contacto piel con piel madre e hijo. Van incorporando estas prácticas aliviando a madres y a bebés. Las incubadoras son lo menos parecido a los brazos de mamá y debemos entender que al salir de la clínica es probable que necesiten y pidan mucho más de nosotras que lo que pensamos o lo que nuestros otros hijos pidieron.
¿Qué hacer? Dar. Dejar que fluyan los sentimientos, no buscar respuestas a procesos naturales que provocaron el parto prematuro, sumergirse emocionalmente en las sensaciones y los instintos que la maternidad nos regala, contactarnos con lo que somos y comprender que nuestro hijo va a necesitar muchas palabras para explicarle lo que sucedió en sus primeros días de vida.
Cuando la madre comprende que siempre nacemos prematuros, que pueden hacer mucho por ellos, que puede confiar en sus propias capacidades y que es positivo expresar sentimientos de pena y pedir lo que necesita, comprende mejor su rol de madre de un niño prematuro.
No es fácil. Ni serlo, ni ser madre de una guagua prematura, pero agradezcamos a los avances que nos permiten tenerlos/estar en condiciones adecuadas. Ver lo positivo que nos rodea, los avances, las mejores condiciones año a año, nos hace valorar más la posibilidad de un pequeño, de menos de 37 semanas, que con fortaleza tremenda vence a la muerte desde la incubadora.
Celebremos a la vida, celebremos a nuestros prematuros.
Varinia Signorelli, Psicóloga Clínica.
Este comunicado fue escrito por la psicóloga clínica Varinia Signorelli en colaboración de la marca Medela.
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