La despreocupación, tranquilidad y seguridad son sensaciones que se asocian directamente a la felicidad y el optimismo. Lograr que los niños crezcan de manera optimista debe ser uno de nuestros principales objetivos, aunque a veces la tarea parezca compleja.
La felicidad en nuestros niños se debe a factores genéticos, circunstancias vividas y la actividad emocional que puede controlarse.
Según una amplia variedad de estudios, los expertos han creado una serie de actividades que potencian la felicidad y el optimismo en los niños. El trabajo que debe llevarse a cabo es el fomento de la amabilidad, comunicación, integración y trabajo en equipo.
- Amabilidad: al demostrar que son amables, los niños irradian satisfacción y energía. Así, son mucho más cariñosos y tienen mayor aceptación social.
- Mostrarse agradecidos: la gratitud les brinda estabilidad mental y dignifica el crecimiento de los niños.
- Ser positivo: los pequeños que son criados en ambientes positivos disfrutan de una mayor seguridad, creyendo en sí mismos en todas las situaciones.
También es importante tener cierta rigurosidad en el trato. No hay que permitir que los niños falten el respeto o insulten a otras personas.
Por otra parte, los niños más felices y optimistas son quienes consiguen las cosas por méritos propios. Cuando los pequeños empiezan a exhibir independencia su autoestima, seguridad y confianza incrementarán.
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