La lactancia exclusiva se refiere a la alimentación del niño sin recibir ningún otro tipo de alimento que no sea la leche materna. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), conjuntamente con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la lactancia materna debe ser considerada la primera forma de alimentación de cualquier bebé, ya que es la manera más efectiva de aportar nutrientes y anticuerpos para alimentar e inmunizar a tu guagua.
Ambos organismos coinciden en que no hay nada que pueda sustituir la leche materna. Ésta es capaz de contener todos los nutrientes necesarios para mantener alimentado a los niños, por al menos los primeros seis meses de vida. Y sus propiedades se mantienen aún cuando el mecanismo de extracción no sea a través del mismo infante. Es decir, utilizando métodos alternos como el extractor de leche o cuando se suministra leche materna de una persona distinta a la madre biológica, es decir, a través de una nodriza.
Nuestro post de hoy lo hemos dedicado a resaltar esos beneficios que la lactancia exclusiva puede brindarle al bebé desde el primer día.
Ayuda al organismo a adaptarse a la alimentación
La lactancia exclusiva se considera como la primera vacuna capaz de prevenir cualquier infección que pueda poner en riesgo el neonato. A las primeras secreciones de la glándula mamaria luego de dar a luz se le denomina calostro. Esta sustancia, proporciona todos los nutrientes que el recién nacido necesita desde el primero momento de su nacimiento. Este líquido es capaz de limpiar todo su organismo y prepararlo desde la composición de la flora bacteriana de su estómago hasta el comportamiento de las bacterias normales en el niño.
Fortalece el sistema inmune
La poderosa acción de la leche materna ha hecho que investigadores se centren en conocer la composición química de esta sustancia. Los resultados demuestran que este líquido posee una combinación de bacterias que casi superan los 700 tipos, haciendo que en los primeros seis meses, el consumo de la leche materna sea fortalecedor para el sistema, frente a los ataques bacterianos como: el de la E. Coli, Salmonella, Campilobacter. Del mismo modo, es capaz de reducir infecciones e inflamaciones comunes en países en vías de desarrollo como: gastroenteritis, enterocolitis necrosante presente en los niños prematuros. Y, además, reduce las probabilidades de contraer alergias en los niños y riesgos cardiovasculares entre los beneficios más destacados.
Prepara al niño para crear alertas biológicas naturales
La lactancia exclusiva provoca en el lactante, una sensación de vacío mas rápido, lo que puede llegar a mal interpretarse y concluir de manera errada, que la leche no lo sustenta. Lo que ocurre, desde el punto de vista biológico, es que la leche materna está diseñada para alimentar a nativos de su misma especie. Por tal motivo, su composición química se centra en aminoácidos generando un nivel de alerta necesario en la especie humana durante el sueño. Esto hace que el sueño del recién nacido sea muy ligero, y a pesar de estar en estado de reposo, el niño pueda despertar fácilmente. En consecuencia, los reflejos del neonato se activan ante cualquier situación de peligro y puede dar sus alertas biológicas a través del llanto.
Este tipo de reacción no se desarrolla en infantes alimentados con leches de fórmula o de laboratorio. Si bien es cierto que los lapsos entre comidas se alargan, porque el bebé queda satisfecho, también es cierto que aumenta el peligro de producirse una muerte súbita. El estado de llenura imposibilita al niño para producir algún llanto al sentir el reflujo natural producto de un gas, ocasionando asfixias inesperadas.
Es a partir de los seis meses de nacido que el niño está preparado para otros tipos de defensa y alimentación, un momento ideal para acudir a un médico especialista. El médico te ayudará a diseñar la dieta adecuada a su edad y alternar la lactancia con un modelo de alimentación complementario.