Hoy existen muchas alternativas para familias con hijos con capacidades diferentes. Las terapias con animales ofrecen diferentes posibilidades para estimular a los niños y darles una nueva oportunidad de desarrollarse e integrarse en todos los ámbitos familiares y sociales.
Los tratamientos más comunes incluyen animales como perros –los más populares–, caballos, aves entre otros. Esto funciona porque los bebés y niños parecen desarrollar más rápido una relación estrecha con ellos, pues se sienten confiados y seguros.
Por ejemplo, tratamientos como la equinoterapia se pueden aplicar desde los seis meses. Esto ayudaría en la estimulación del sistema nervioso central, óseo, muscular y periférico, lo que favorecería la reconstrucción de procesos de desarrollo que no se lograría a través de otros animales.
Un adulto debe acompañar al menor sobre el caballo, mientras lo ubica en diferentes posiciones, para beneficiar así varias partes del cuerpo.
Los perros también serían sumamente favorables, porque invitan al niño a interactuar de muchas formas. Este tratamiento es recomendado especialmente en menores que sufren de autismo. El animal no solo se convierte en un agente rehabilitador, sino también en amigo.
Lo bueno es que este tipo de terapia se puede incorporar al hogar, y estar las 24 horas del día disponible.
Son muchos los beneficios que los bebés y niños pueden obtener de terapias con animales. Los papás deben consultar con especialistas si es recomendable para el menor, para así buscar la mejor alternativa.
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