Autoestima sana

Babytuto

15 de abril de 2015

Cuando un niño hace comentarios descalificatorios de sí mismo, no es capaz de aceptar elogios, rechaza el contacto social con niños o adultos, busca excesivamente complacer o recibir atención de adultos o sus pares, no puede identificar en sí mismo rasgos positivos, tiene una necesidad compulsiva de llamar la atención o un temor excesivo a equivocarse, son algunas señales de autoestima negativa, por lo tanto hay que estar muy atentos al comportamiento de nuestros niños. Históricamente se ha tendido a pensar que la autoestima es equivalente a valorarse, sentirse competente y tener logros. Sin embargo, lo central es tener la posibilidad de expresar y conectarse con los propios sentimientos. La autoestima se relaciona con el desarrollo de la conciencia de sí mismo y de la identidad, y surge a partir de las interacciones que el niño tiene con el mundo que le rodea, entonces es importante que el niño vaya haciendo una conciencia acerca de quién es, qué le gusta, qué quiere ser, que aprenda a tolerar sus frustraciones. Isabel Margarita Haeussler, coautora junto con Neva Milicic del libro “Confiar en uno mismo”, cita a la psicoanalista suiza Alice Miller, quien plantea que la construcción de una autoestima positiva implica disponer de espacio y tiempo para desarrollar un verdadero yo y no uno falso, y tener la posibilidad de permitirse, sentir y expresar sentimientos negativos conectándose con ellos sin temor a perder el afecto parental. Haeussler dice que no hay conciencia de que lo emocional es condición básica previa de aprendizaje. “Mi visión es que en educación los énfasis cambiaron, centrándose en exceso en los logros académicos. Llevamos décadas poniendo objetivos de aprendizaje más y más detallados, sumando contenidos y aumentando las exigencias, pero los resultados probablemente no mejorarán si no hay una preocupación explícita por mantener y fomentar en los niños la curiosidad y el interés por aprender y por crear un clima emocional y de convivencia grato en la sala de clases y fuera de ella, y acorde al mundo en que los niños viven hoy. Los niños están muy exigidos, no sólo en rendimiento sino también en conducta, en lo social. Los padres autoritarios son dañinos, porque imponen patrones que conducen a los niños al malestar emocional, al miedo, en vez del bienestar, y aquellos que no son exigentes del todo, terminan descalificando a los niños, en el sentido que les dicen a sus hijos cosas como “Eso es muy difícil para ti, no serás capaz de hacerlo”. Ciertamente hay que dosificar las exigencias y poner más a los niños en situaciones que tengan que ver con sus fortalezas. Isabel Margarita Haeussler dice que los padres quieren que sus hijos logren lo que ellos creen que tienen que lograr, independiente de lo que les muestre su hijo. Más que un estilo de paternidad, hay padres que no se conectan con quien es el niño que tienen enfrente, y el niño intenta funcionar según las expectativas de sus padres y profesores porque quiere agradar, pero a costa de sí mismo. La autoestima exige un cambio de mirada, de darse cuenta de que el niño no va a ser mejor mientras más le exijamos, que necesitan sentirse libres, no es que no requieran límites, sino que no necesitan límites mal puestos. Neva Milicic dice que muchas veces los padres insisten en tener a su hijo en un colegio, a pesar de que ven que es una tortura para ellos. Es responsabilidad de los padres, del colegio y de su entorno crear un nicho ecológico para que pueda desarrollarse sanamente. Otros temas que te podrían interesar:  autoestima

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