Cuando los niños se enferman, es necesario llevarlos al pediatra para buscar el causante de la fiebre y el decaimiento.
Existen dos tipos de microbios que podrían afectar a un bebé o niño, las bacterias y los virus, ambos podrían causar similares síntomas: como la tos, el resfrío o un dolor de garganta o cabeza.
Las enfermedades que son generadas por bacterias, pueden ser atacadas con antibióticos, debido a que actúan directamente sobre el germen que se aloja en alguna parte del organismo, sí se trata de un estado viral, este tipo de medicamento no serviría de nada, y lo más recomendable es dejar que el virus siga su curso normal.
El consumo excesivo de antibióticos eleva el riesgo de que el niño sea infectado por una bacteria resistente, las cuales no pueden ser tratadas con antibióticos, si no que se debe administrar medicamentos más potentes por vía endovenosa.
¿Qué enfermedades se tratan con antibióticos y cuáles son sus peligros?
Este tipo de medicamentos se utilizan para tratar infecciones urinarias, de garganta (causadas por streptococo) y las infecciones de oídos. Es fundamental que los papás sepan que estos se deben usar con moderación, siempre siguiendo las indicaciones del pediatra en términos de dosis.
Los antibióticos deben usar con moderación en niños menores de 6 meses.
Estudios recientes descubrieron que la administración de este medicamento en este grupo eleva en un 22 % el riesgo de que los bebés sufran sobrepeso entre los 10 meses y los 3 años.
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