Trabajemos la memoria desde pequeñitos
Babytuto
17 de diciembre de 2014
Estimular la memoria a partir de juegos y cosas divertidas es muy positivo para el desarrollo de los niños. El primer requisito es el conocimiento y motivación de los padres. ¡Empecemos!
Ideas fáciles y entretenidas:
- Verbalicemos los nombres de objetos y personas en forma repetitiva, de manera que vayan asociando nombre/objeto. Por ejemplo: chupete, mamá, perro, gato etc.
- Establezcamos rutinas a partir de actividades diarias. A medida que pase el tiempo ellos van a ir adivinando qué viene después.
- Hagamos que aprendan y memoricen por modelación. Mostrémosles cómo se hace algo y luego démosles el paso para que ellos lo hagan (por ejemplo: toquemos la bocina nosotros y después ellos).
- Relacionemos lugares con personas. Por ejemplo: si vamos a la casa del abuelo digámosles: ¡llegamos a la casa del abuelo! Así, cada vez que conozcamos un lugar nuevo repitamos el nombre y todas las veces que vayamos.
- Recordemos la existencia de algún familiar o conocido que se encuentre fuera de la ciudad o país, hablándoles de él, mostrándoles fotos o videos constantemente. De esta manera el recuerdo se mantiene fresco.
- Asociemos aprendizajes nuevos con antiguos. Por ejemplo: Si nunca han visto un lobo, digámosles: “mira este lobo, es como un perro”. Así estaremos utilizando los conocimientos previos, asociando y a la vez absorbiendo un concepto nuevo.
- Inventemos un cuento y cada día vayamos añadiendo un personaje o escena.
- Cantemos todos los días la misma canción y vayamos cambiando alguna palabra, de manera que se den cuenta y nos corrijan.
- Hagamos que memoricen su nombre y apellidos, los de su mamá y papá, y de a poco los de sus familiares cercanos.
- Pongamos varios juguetes suyos sobre la mesa (no más de tres), dejemos que los miren unos segundos, después tapémosles los ojos y luego preguntémosles diferentes cosas según el cambio efectuado, como por ejemplo: ¿cuál falta?, ¿qué cosa cambiamos de orden? o ¿qué agregamos?
- Preguntémosles qué almorzaron o cómo estaba vestido alguien ese día.
- Hagámoslos seguir instrucciones verbales simples, que luego se vayan complejizando, como por ejemplo: “pon el vaso arriba de la mesa”, luego agreguémosle algo, como: “pon el vaso arriba de la mesa y agrégale jugo” etc.
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Babytuto
17 de diciembre de 2014
Estimular la memoria a partir de juegos y cosas divertidas es muy positivo para el desarrollo de los niños. El primer requisito es el conocimiento y motivación de los padres. ¡Empecemos!
Ideas fáciles y entretenidas:
- Verbalicemos los nombres de objetos y personas en forma repetitiva, de manera que vayan asociando nombre/objeto. Por ejemplo: chupete, mamá, perro, gato etc.
- Establezcamos rutinas a partir de actividades diarias. A medida que pase el tiempo ellos van a ir adivinando qué viene después.
- Hagamos que aprendan y memoricen por modelación. Mostrémosles cómo se hace algo y luego démosles el paso para que ellos lo hagan (por ejemplo: toquemos la bocina nosotros y después ellos).
- Relacionemos lugares con personas. Por ejemplo: si vamos a la casa del abuelo digámosles: ¡llegamos a la casa del abuelo! Así, cada vez que conozcamos un lugar nuevo repitamos el nombre y todas las veces que vayamos.
- Recordemos la existencia de algún familiar o conocido que se encuentre fuera de la ciudad o país, hablándoles de él, mostrándoles fotos o videos constantemente. De esta manera el recuerdo se mantiene fresco.
- Asociemos aprendizajes nuevos con antiguos. Por ejemplo: Si nunca han visto un lobo, digámosles: “mira este lobo, es como un perro”. Así estaremos utilizando los conocimientos previos, asociando y a la vez absorbiendo un concepto nuevo.
- Inventemos un cuento y cada día vayamos añadiendo un personaje o escena.
- Cantemos todos los días la misma canción y vayamos cambiando alguna palabra, de manera que se den cuenta y nos corrijan.
- Hagamos que memoricen su nombre y apellidos, los de su mamá y papá, y de a poco los de sus familiares cercanos.
- Pongamos varios juguetes suyos sobre la mesa (no más de tres), dejemos que los miren unos segundos, después tapémosles los ojos y luego preguntémosles diferentes cosas según el cambio efectuado, como por ejemplo: ¿cuál falta?, ¿qué cosa cambiamos de orden? o ¿qué agregamos?
- Preguntémosles qué almorzaron o cómo estaba vestido alguien ese día.
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