La braquicefalia es la deformación del cráneo de los bebés, que se da durante los primeros meses de vida. La cabeza de los niños es corta, ancha, y aplanada en la zona del hueso occipital (en la parte posterior). Se produce en menores que duermen mucho boca arriba, y por lo general se da en aquellos que ya son más grandes y duermen mucho.
Los papás pueden darse cuenta si su hijo tiene braquicefalia porque el ancho de oreja a oreja es superior al ancho que hay desde la frente a la nuca. Además, los menores tienen una frente prominente, con una especie de abultamiento frontal, y la altura del cráneo es excesivamente alta.
Después del diagnóstico hecho por un neurocirujano, el niño deberá seguir un tratamiento dependiendo de su edad. Si es menor de 5 meses, lo más probable es que le hagan un reposicionamiento, que significa que el menor deberá dormir sobre los costados.
En caso que el bebé tenga más de 6 meses, necesitará un casco remodelador. Este es de plástico, liviano, y que se debe usar a diario. Solo se retira cuando se baña, para vestirlo, y cuando tenga que realizar los ejercicios para el cuello. En casos más graves, algunos niños van a requerir un tratamiento quirúrgico, que tiene como fin corregir los defectos estéticos.
La cirugía también busca permitir el desarrollo normal del cerebro y de las estructuras de la cara, pues en algunas ocasiones estas pueden sufrir algunas deformaciones que pueden provocar alteraciones en la visión, y dificultades en la respiración o para comer, entre otros. Inclusive, se pueden producir retrasos en el sistema psicomotor.
Idealmente, las intervenciones deben realizarse antes del primer año de vida, y si es posible, antes de los 6 meses. Es fundamental que los papás, luego de un diagnóstico, comiencen un tratamiento lo antes posible, para evitar problemas a futuro.
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