- Con el fin de generar en ellos un hábito lector, muchas veces e inevitablemente se asocia la lectura a la responsabilidad y la tarea. En ese sentido, es absolutamente necesario contar con textos de calidad, atractivos y que resulten significativos.
- Se debe asegurar a los niños el acceso a una diversidad de títulos, formatos y géneros, y no restringirlos a los títulos que “deberían leer para su edad”. Los cómics y novelas gráficas,cuentos y novelas de misterio y terror, pueden funcionar como gancho, y a partir de ellos, se puede llegar incluso a los clásicos y a obras más complejas lingüísticamente.
- El rol de la familia como “modelo”, es esencial. Si un niño ve a lo largo de su infancia y juventud a un familiar significativo leyendo de forma constante, disfrutando su lectura y comentándola con el resto, es natural que ese niño demuestre interés en la lectura.
- La biblioteca permite al niño acceder a una variedad de textos que difícilmente puede encontrar en otro lugar, por lo tanto, si queremos que el niño lea, entre más oportunidades le demos, mayor será la posibilidad de convertir la lectura en un hábito diario. El poder llevarse libros, le permite además, compartirlos con padres y hermanos, lo que crea una asociación positiva entre la lectura y la vida familiar.
- El lector debe dedicar tiempo diario a la lectura y es en esta distribución diaria del tiempo en donde la tecnología resulta un estímulo altamente atractivo para los niños. En ese sentido, si se establece un horario fijo para leer, en donde los menores sepan que esa es la hora destinada a la lectura, pueden combinarse ambas actividades sin interferir una con la otra.
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