Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), en el mundo existe alrededor de 285 millones de personas con discapacidad visual, de las cuales la mayoría presenta baja visión y el resto es totalmente ciega.
Para los padres, el estar pendientes a las dificultades visuales que podrían presentar sus hijos es sumamente importante, sobre todo si los problemas se presentan cuando niños, ya que si se trata de baja visión, puede remediarse mediante un tratamiento recomendado por el doctor.
Según la OMS la cantidad de niños con alguna discapacidad visual sobrepasa los 19 millones, siendo errores de refracción las causas más comunes, pero corregibles.
¿Qué signos alertan un problema visual?
Algunos signos de baja visión se evidencian en movimientos erráticos del ojo, permanencia y desinterés en luces brillantes, respuesta nula a caras familiares y objetos o disminución del ingreso sensorial (notorio alrededor de los 3 meses de vida).
Si un niño presenta baja visión, lo primero que revisarán los médicos será la historia clínica familiar o en caso de ser un niño quien presente la deficiencia visual se estudiará si presenta algún desorden de su cromosoma X.
El estudio de los factores de riesgo de ceguera infantil y la participación del pediatra en su manejo realizado por la Asociación de Médicos Residentes del Instituto Especializado de Salud del Niño menciona que muchas podrían ser las patologías de un problema en la vista, como el glaucoma, malformaciones, retinopatía, entre otras.
La retinopatía es un término genérico utilizado en la medicina para referirse a las enfermedades no inflamatorias que afectan la retina del ojo y que según la Sociedad Chilena de Oftalmología es la principal causa de ceguera infantil en Chile.
Por esta razón es necesario que los padres o adultos cercanos a los niños permanezcan apercibidos ante cualquier síntoma de baja visión.
Según la Organización Mundial de la Salud la mitad de los casos de ceguera infantil puede ser evitada mediante un tratamiento oportuno.
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