El dolor pélvico es muy común a partir del sexto mes de embarazo, cuando el peso del bebé se hace mayor y se apoya en esa zona, por lo que algunas actividades como caminar, subir o bajar escaleras o separar las piernas puede incrementar el dolor.
El embarazo, además de causar cambios físicos y emocionales, se acompaña de cambios en músculos y articulaciones. La pelvis se dilata ligeramente, debido a la acción de una hormona llamada relaxina, que la va preparando para el momento del parto y capacitando para el paso del bebé.
Por ello, es posible sentir dolor pélvico de tipo menstrual o molestias en el área entre el ombligo y las ingles. Por lo general, estos síntomas son normales y no deben preocupar.
¿Existe un tratamiento específico para aliviar el dolor de la pubalgia?
Años atrás a las mujeres embarazadas que sufrían este trastorno se les recetaba un complemento de calcio y de vitamina D para reforzar los huesos.
Actualmente se tiende a sugerir la realización de terapias físicas, como la osteopatía o las actividades acuáticas, donde el abdomen pesa menos y el dolor se atenúa. De este modo, se puede trabajar con esta parte del cuerpo y relajar los músculos.
Consejos para aliviar el dolor pélvico en el embarazo:
- Realizar ejercicios dirigidos a mejorar la estabilidad de la pelvis y la espalda; lo ideal es asistir a un centro especialista para recibir orientación en gimnasia prenatal.
- Utilizar un cinturón pélvico que ayude a estabilizar la cadera.
- Guardar reposo y aplicar calor seco en la zona dolorida.
- Cuando el dolor es intenso, contactar al médico para ver opciones de medicamentos compatibles con el embarazo.
- Evitar estar demasiado tiempo en la misma posición, ya sea sentada o de pie.
- Sentarse apoyando la espalda recta sobre el respaldo, evitando cruzar una pierna sobre la otra, ya que dificulta la circulación. Al final del día, poner las piernas en alto.