A mis tres años me creo grande e independiente, aunque aún requiero de ciertas rutinas y estructuras. Seguramente no querré irme a la cama tan fácilmente durante la noche y necesitaré de un ritual para saber que después de comer, o de un relajante baño debo descansar.
No me gusta mucho dormir siesta, ya que aún no comprendo que este descanso me ayuda a reponer energías para seguir jugando, y que si no lo hago, llegaré a la hora de la cena muy cansado y no seré capaz de compartir mis experiencias del día con mi familia.
Seguramente ya me he puesto bastante quisquilloso con las comidas y no quiera comer todo mi almuerzo y cena, por lo que requeriré de meriendas saludables y nutritivas, como fruta, palitos de apio, zanahoria y frutos secos para mantener una alimentación saludable.